jueves, 28 de octubre de 2010

Calipso: Llamada por Homero "la que oculta"

Calipso pertenecía a las ninfas y era hija de Atlante y Pléyone. Otras versiones la hacen hija de Helio (el Sol) y Perseis. De esta segunda versión es que se deriva la idea de que era hermana de Circe y Eetes.

Su lugar de habitación era la isla Ogigia, que se cree se ubicaba en el Mediterráneo occidental y que por lo general se identifica con la actual península de Ceuta, frente a Gibraltar.

Calipso, llamada por Homero "la que oculta", recibió hospitaliariamente a Odiseo (Ulises) cuando su nave naufragó. En la Odisea, se cuenta como Calipso, enamorada profundamente de Odiseo lo reteiene contra su voluntad en la isla durante mucho tiempomientras él cree que a penas son unos días.

La cantidad de tiempo que Ulises estuvo con ella varía. Algunos apuntan que fue dies años, otros creen que siete y hay quien opina que fue un año.

A cambio de que Odiseo se quedara para siempre con ella, Calipso le ofrecía a cambio la inmortalidad. Sin embargo, Odiseo sentía la necesidad de regresar a su hogar Ítaca y al final se mantuvo inflexible.

Atenea quien protegía a Odiseo, rogó a Zeus para que enviara a Hermes donde Calpiso y le ordenara que dejara ir a Odiseo, a lo cual Zeus cedió. Aunque a ella le dolió dejar partir a su amado, cumplió la orden del dios de dioses.

Le proporcionó al héroe madera para construir una embarcación, provisiones para el viaje, e indicaciones de cuales astros debía seguirpara econtrar el camino a casa.

Existen leyendas posteriores a la Odisea donde se les adjudica a Odiseo y a Calipso un hijo llamado Latino, quien por logeneral se considera más bien hijo de Circe. Otras tradiciones hablan de Nausítoo y Nausínoo como hijos de Calipso y Odiseo. También se cuenta que Ausón fue hijo de la pareja, quien dio origen a Ausonia.

Adicionalmente, existe en la mitología registros de otra Calipso que era una de las hijas de Tetis y Océano.

Cuando Europa murió le fueron concedidos los honores divinos y el toro que había sido la forma en que Zeus había amado a Europa fue convertido en constelación e incluido en los signos del zodíaco.

Por otro lado, se conocen otras heroínas con este nombre. Una es la hija de Ticio que tuvo a Eufemo depués de unirse con Poseidón (dios del mar). Otra es una de las Oceánides, hijas de Tetis y Océano. También, la madre de Níobe, esposa de Foroneo se llamaba Europa. Y por último, la hija del Nilo y una de las esposas de Dánao.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Belerofonte: El heroe que montó su caballo alado

Belerofonte es hijo de Poseidón y Eurínome, hija del rey de Megara. Todo comienza cuando Belerofonte es acusado de asesinar (accidentalmente) a un hombre que según algunas versiones sería Belero, un tirano de Corinto (de aquí deriva su nombre Belerofonte que significa matador de Belero). A causa de ello Belerofonte fue expatriado y se dirigió a Tirintio. El gobernante de Tirintio era Preto quien purificó al héroe y lo limpio de su culpa. La esposa de Preto llamada Antea según algunos y Estenebea según otros se enamoró del héroe pero no fue correspondida por este. Entonces la mujer se quejó con su marido diciendo que este había tratado de seducirla. El hábil Preto envió a Belerofonte a la corte del padre de Antea, Yóbates, rey de Licia, para que le entregue un sobre sellado. Este sobre contenía una carta con instrucciones de Preto para que se deshaga del héroe. Sin embargo las reglas de la hospitalidad impedían matar a los forasteros con los que se había compartido la mesa. Entonces Yóbates no quiso inflingirlas, y para cumplir el encargo mando a Belerofonte a eliminar a Quimera, un terrible monstruo mitológico que lanzaba fuego a través de sus tres cabezas: una de león, otra de macho cabrío en el lomo y la tercera en la cola con forma de cabeza de dragón. Yóbates estaba seguro de que el héroe moriría.

Los dioses se dispusieron a ayudar a Belerofonte. Atenea entregó al héroe un freno de oro, con el que tras encontrar a Pegaso en la fuente de Pirene lo podría domar con facilidad. Pegaso era un hermoso caballo alado, que brotó junto con el gigante Crisaor de la sangre de que surgió del cuello de Medusa tras ser degollada por Perseo. Hay autores que afirman que era hijo de Poseidón y Medusa y otros que afirman que surgió de la tierra fecundada por la sangre de la Górgona. Este caballo le gustaba vagar por la tierra en estado salvaje y Zeus lo colocó a su servicio frecuentemente transportando el rayo del dios.

Gracias a este alazán que llevo a Belerofonte a donde se encontraba Quimera este pudo derrotar al monstruo. Tras fracasar en esta misión Yóbates envió a Belerofonte a combatir a los sólimos, pueblo vecino que invadía continuamente la región y cometía vandalismo. El héroe repelió a los sólimos y estos nunca más osaron a acometer contra Licia. Luego envió a Belerofonte a luchar contra las Amazonas, y el héroe venció nuevamente. De regreso Yóbates le había tendido una emboscada a Belerofonte, con un grupo de sus mejores guerreros; éste volvió a triunfar.

Yóbates se dio cuenta de que Belerofonte estaba protegido por los dioses entonces le mostró la carta enviada a él por Preto. Para demostrarle que le decía la verdad Yóbates le concedió la mano de su hija Filónoe o Antlicia y lo asoció al trono. Tras la muerte de Yóbates Belerefonte se convirtió en el rey de Licia. Tuvo dos hijos: Isandro e Hipóloco, y una hija Laodamia.

Pero el orgullo invadió su alma y un día este montó su caballo alado y se dirigió a los cielos para comprobar la existencia de los dioses. Por su incredulidad y soberbia, Zeus lo castigó haciendo que Pegaso se desbocara , precipitando a su amo al abismo. El caballo continuó su rumbo hasta que quedo convertido en la constelación que lleva su nombre.

martes, 26 de octubre de 2010

Atreo: Rey de la poderosa ciudad de Micenas

Atreo era uno de los hijos de Pelops e Hipodamia. Era rey de la poderosa ciudad de Micenas y padre de Agamenón, comandante en jefe de las tropas griegas en Troya, y Menelao. La familia de Pelops y Atreo sufrió el maleficio de Myrtilus (Mirtilo), uno de los hijos del dios Hermes, cuando fue traicionado y herido por Pelops. Esto llevó a un cruento ciclo de sanguinarias venganzas que terminó con el juicio de Orestes, nieto de Atreo, en Atenas.

Atreo y su hermano Tiestes mataron a su hermanastro Crísipo y tuvieron que exiliarse en Elis, desde Pisa, por orden de Pelops. Consecuentemente, su esposa Europa, que se había enamorado de su cuñado Tiestes y le había ayudado a convertirse en rey de Midea con malas artes, traicionó a Atreo. Gracias a la ayuda de Hermes, Atreo pudo derrotar a Tiestes de nuevo con otras argucias para recuperar su reino. Su hermano tuvo que exiliarse, pero no pudo evitar lamentarse por la ligereza del castigo cuando descubrió cómo le había engañado con Europa.

Fue entonces cuando Atreo acabó con los tres hijos de Tiestes e invitó a su hermano a un banquete de reconciliación.

Durante la comida le sirvió los cuerpos de sus tres hijos y, cuando Tiestes había terminado de comer le mostró las manos y los pies de los pequeños para que se diese cuenta de lo que había hecho. Más adelante Tiestes concibió otro hijo con su propia hija, la cual. según el oráculo, debía vengarse por la atrocidad cometida por Atreo. A través de una milagrosa serie de circunstancias, este hijo, Egisto, tuvo que ser educado en el hogar de Atreo. Después de que sus hijos, Agamenón y Menelao hubiesen capturado a Tiestes, Egisto se dio cuenta de lo que ocurría en el seno de su familia y cómo había llegado a este mundo, a consecuencia de lo cual puso fin a la vida de Atreo.

Egisto se convirtió en el amante de Clitemnestra, la esposa de Agamenón. Los amantes mataron al comandante griego que fue vengado por su hijo Orestes. Sólo cuando éste fue condenado en Atenas por los asesinatos cometidos, desapareció la maldición que había perseguido a toda la familia.

lunes, 25 de octubre de 2010

Atlas: El cargador de la Tierra

El titán Atlas era hijo de Japeto y de la ninfa Climene. Después de que los titanes se hubiesen puesto a disposición de Zeus y sus hermanos, Atlas no fue hecho prisionero en el mundo de los muertos como el resto de ellos. Zeus le infligió un castigo especial que consistió en cargar con el arco del cielo sobre sus hombros. Atlas llevó a cabo la tarea en el rincón más occidental que los griegos conocían y que se situaría cerca del estrecho de Gibraltar.

Heracles visitó a Atlas en uno de sus Doce Trabajos para recoger las manzanas de oro de las Hespérides. Gaya, la diosa de la tierra, le había dado las manzanas a Hera cuando se casó con Zeus y ésta a su vez se las entregó a las Hespérides, hijas de Atlas, para que las guardasen en un bello jardín que estaba protegido por el dragón Ladón. Atlas le puso una condición a su visita.

Para evitarle el problema de luchar con el dragón, iría él mismo hasta eljardín mientras Heracles le sostenía el arco del firmamento.

Afortunadamente, Heracles era lo suficientemente fuerte y Atlas pudo llegar al jardín. Cuando regresó con las manzanas, le sugirió que podría ir él a entregárselas a Eurystheus (Euristeo), jefe de Heracles, mientras el héroe seguía sosteniendo el arco un poco más.

HeracIes fingió estar de acuerdo con la idea, pero le pidió a Atlas que tomase el arco un momento para poder ponerse un almohadón sobre sus hombros doloridos. Atlas accedió y así HeracIes pudo huir con las manzanas, provocando el lamento eterno del primero ante tan pesada carga.

Ovidio describe cómo Perseo, hijo de Zeus como HeracIes, visitó a Atlas. Perseo le pidió pasar la noche con él, a lo que aquél se negó, recordando un oráculo que en cierta ocasión le había dicho que un hijo de Zeus llegaría para robarle las manzanas de sus hijas -probablemente se refería a HeracIes-. Atlas amenazó a Perseo y éste utilizó la cabeza de Medusa para convertirle en montaña de piedra, la cadena del Atlas en Marruecos. Esta versión ofrece la contradicción de que Perseo visitase a Atlas antes que HeracIes y que éste luego no le encontrase convertido en montaña, sino aún como titán.

viernes, 22 de octubre de 2010

Atalanta: Una heroína vinculada al ciclo arcadio

Atalanta fue una heroína vinculada al ciclo arcadio como relacionada con las leyendas beocias, consagrada a Artemisa y reconocida por sus inmejorables habilidades para la caza.

Sus orígenes varían según la versión del mito. Así, puede considerarse como hija de Yaso, descendiente de Árcade, y de Clímene, quiene era hija de Minia rey de Orcómeno. Para Eurípides y otros, su padre es más bien Ménalo, por quien la isla Ménalo fue nombrada. Sin embargo, la versión más difundida, especialmente desde Hesíodo, es en la que Atalanta es hija de Atamante y Temisto, gracias a lo cual se relaciona con la cultura beocia.

Su padre quería únicamente hijos varones y por eso al nacer Atalanta, la abandonó en el monte Partenio a su suerte. Ella pudo sobrevivir gracias a que una osa la cuidó y la amamantó, hasta que unos cazadores la encontraron y decidieron criarla.

Una vez que se convirtió en una bella y ágil mujer, Atalanta decidió no casarse y mantenerse virgen para consagrarse a la diosa de la cacería, Artemisa, a quien emulaba con sus acciones. Por ello, Atalanta vivía en el bosque cazando y llegó a ser una de las cazadoras más renombradas de la antigüedad.

Como mujer que era enfrentó muchos peligros, como cuando dos centauros -Reco e Hileo- quisieron violarla, pero ella siempre pudo defenderse gracias a sus inigualables habilidades, y mató a los centauros con sus flechas. Su fama se difundió sobre todo después de participar en la cacería del jabalí de Calidón y luego de obtener el premio a la carrera en los juegos fúnebres organizados en nombre de Pelias, donde compitió con Peleo, padre de Aquiles, el de los pies ligeros, héroe del ciclo toryano.

Además de estar consagrada a Artemisa, lo que implicaba que debía mantenerse virgen, Atalanta había recibido un oráculo en el que se le anunciaba que el día en que se casara, iba a ser convertida en animal. Por ello, y para evitar cualquier pretendiente, anunció que su esposo sería sólo aquel que lograra vencerla en la carrera, con la condición de que si ella triunfaba, debía matar a su oponente. Sin embargo, a pesar del peligro, muchos lo intentaron e irremediablemente perecieron, pues ella era invencible, aún cuando la joven siempre les daba alguna ventaja al inicio de la carrera.

Ahora bien, como era de esperarse apareció el joven que logró vencer a Atalanta en la competencia. En algunas versiones se dice que fue Hipómenes, hijo de Megareo, o también Melanión, hijo de Anfidamante y por tanto primo hermano de la cazadora virgen, cuando se la considera hija de Yaso.

El apuesto oponente decidió probar suerte en la carrera para obtener la mano de Atalanta, pero tenía una gran ventaja y es que llevaba con él unas manzanas de oro que le había regalado Afrodita, diosa del amor, y que procedían probablemente del jardín de las Hespérides o de un santuario de la diosa en Chipre. Durante la competencia, cada vez que Atalanta le iba a dar alcance, el joven dejaba caer una de las manzanas, que Atalanta se detenía a recoger, ya sea fascinada por su belleza o incluso dispuesta a dejarse engañar porque realmente había sido conquistada por el atrevido joven. En fin, como ella se distraía con cada manzana que caía, el joven pudo vencerla y así obtuvo su mano.

La pareja muy enamorada vivió feliz durante un tiempo, compartiendo sus cacerías y hazañas. En una de estas persecuciones, los esposos entraron en un santuario de Zeus (aunque a veces se dice que de Cibeles), y enemorados como estaban se detuvieron y gozaron de su amor. Zeus montó en cólera por el sacrilegio y transformó a la pareja en dos leones. Aparentemente, los griegos creían que los leones no se cruzaban entre sí, sino que lo hacían con los leopardos, de manera que al convertirlos a ambos en leones, Zeus estaba no sólo quitándoles su condición humana, sino condenándolos a una vida separada.

Otra versión de este suceso, es que después de la cacería en que el joven había vencido a Atalanta, éste no había agradecido a Afrodita su ayuda para poder vencer a la bella muchacha, y entonces la diosa molesta, provoca la profanación del templo, hecho por el cual Zeus los castiga y los convierte en leones.

Atalanta dio a luz un hijo, Partenopeo, que participó en la primera expedición de los siete contra Tébas. A veces se dice que este niño fue fruto de su matrimonio, pero también hay leyendas que indican que es hijo de Ares o de Meleagro.

Atalanta fue tan importante que de hecho hay varios mitógrafos, como Apolodoro, que la incluyen entre los Argonautas, grupo de héroes de la antigüedad que partió en un difícil viaje en busca del bellocino de oro. Ella, como era de esperarse, fue la única mujer que participó en esta travesía.

En Epidauro, estaba la fuente de Atalanta, y se decía que en una cacería, la joven tuvo sed por lo que golpeó la roca con su jabalina, de donde brotó al instante la fuente.

Atalanta es de gran importancia, pues simboliza la mujer contestaria que se rebeló contra todos los esquemas patriarcales de la Grecia antigua y logró obtener el respeto de sus contemporáneos así como de la posteridad.

jueves, 21 de octubre de 2010

Ártemisa: La Diana Cazadora

Esta diosa equivale en Roma a Diana, la Cazadora. Según algunas tradiciones, es hija de Démeter (diosa de la fertilidad); sin embargo es más común que se considere hermana gemela de Apolo (dios del arte y de la adivinación), y por lo tanto hija de Leto y Zeus (dios de los dioses).

Ella es la primogénita, e inmediatamente ayudó a Apolo a venir al mundo. Luego, recién nacidos, Apolo y Ártemisa que tenían grandes habilidades de cazadores, mataron a un dragón que se disponía a atacarlos. Pero, una de sus más renombradas azañas es la de asesinar, entre los dos, a los hijos de Níobe, quien había insultado a Leto. Apolo se enfrentó y acabó a los seis muchachos, mientras que Ártemisa se encargó de la seis doncellas. Famoso es también el hecho de que para salvar a su madre mataron al gigante Ticio que trataba de violarla.

Ártemisa se mantuvo eternamente virgen y joven, por lo que siempre fue un emblema de las doncellas jovenes. Nunca conoció la dependencia a hombre. Su único placer era la caza, y debido a esto andaba siempre armada con una arco, con el que cazaba y perseguía a sus víctimas que iban desde veloces ciervos hasta humanos caídos en desgracia. Uno de sus castigos clásicos, es enviar la muerte a las mujeres que van a dar a luz. Las muertes repentinas e indoloras son también de su cosecha. Es muy propicia a la cólera y es en extremo vengativa.

Dentro de sus luchas y triunfos más destacados se pueden contar el combate contra los Gigantes, donde se enfrentó a Gratión. De igual forma, venció en combate a los monstruos Alóadas; en Arcadia, a Búfago (el devorador de bueyes); a Orión, el cazador gigante, quien habría incurrido en la cólera de la diosa, por retarla a lanzar el disco, según algunas tradiciones. En otras versiones, Orión intenta robar a una de sus compañeras, e incluso hay quienes dicen que el cazador intentó violar a la propia Ártemis. Otra de sus víctimas importantes fue Calisto, a la que mató por orden de Hera (esposa de Zeus), quien quería castigarla por haberse dejado seducir por Zeus.

Interviene en la historia de la familia de los atridas (Agamenón y Menelao), pues Agamenón al matar un ciervo, comparó su habilidad con la de la propia diosa. Ésta en respuesta, inmoviliza su flota y exige el sacrificio de Ifigenia, a quien salva en el último momento trasladándola a Táuride.

Se ha identificado a la diosa con la luna errante por las montañas, paralelamente a su hermano que era la personificación del sol. Sin embargo, no todos los cultos o mitos referentes a Ártemisa son celenes (lunares), pues en el panteón helénico era clasificada como la diosa de las bestias, e incluso ha sido objeto de cultos que incluían el sacrificio humano, como el de Táuride.

Ártemisa era la protectora de las amazonas, quienes eran cazadoras y guerreras como ella y estaban libres del yugo masculino igual que ella.

Su culto se expandió por todas las regiones montañosas de Grecia como Arcadia, el territorio espartano, el monte Taigeto, Élide y Laconia entre otras. Su mayor templo se encontraba en Éfeso, donde la cazadora había asimilado a la diosa de la fecundidad asiática.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Ariadna: La mujer abandonada de Teseo

Ariadna es la hija del rey Minos y Pasifae de Creta. Su padre tenía en un laberinto al minotauro, a quien había que alimentar con gente ateniense cada nueve años.

La tercera vez que los atenienses debían pagar su tributo, Teseo, -hijo de Egeo, el rey de Atenas- se ofrece a ir y matar al minotauro. El problema era que el minotauro vivía en un laberinto del que no se podía escapar.

La hija de Minos, Ariadna vio a Teseo y se enamoró de él, por lo que decidió ayudarlo con la condición de que se casara con ella y se la llevara lejos de su temible padre.

Teseo aceptó, y así fue como Ariadna le regaló un ovillo para que una vez en el laberinto, fuera desenrrollándolo y pudiera servirle de guía al regreso e indicarle el camino de regreso.

Cuando Minos supo que Teseo había matado al minotauro montó en cólera por lo que Teseo tuvo que apresurarse en la huída en la que lo acompañó Ariadna. Pero ella nunca llegó a ver la tierra de Teseo, Atenas, pues en una escala que él hizo en la isla de Naxos, la abandonó dormida en la orilla.

Las versiones de esta traición varían mucho y se han hecho un sinnúmero de hipótesis. Se ha dicho que Teseo dejó a Ariadna en la playa porque estaba enamorado de otra mujer, también que fue por orden de los dioses, o sino que mientras ella se encontraba en la playa recuperándose de un mareo, él regresó al barco, y este sarpó impulsado por un misterioso viento.

Pero, Ariadna no se amilanó mucho y olvidó sus penas de amor con el dios Dionisio, quien se había enamorado profundamente de ella. Se casó con ella y la llevó al Olimpo. Como regalo de bodas le dio una diadema de oro que hizo Hefesto y que luego se convirtió en constelación.

Sus hijos con Dionisio fueron Toante, Estásfilo, Enopión y Pepareto.

Su muerte es objeto de varias versiones pues hay quienes dicen que Artemisa la mató, cumpliendo órdenes de Dionisio. Pero también hay quienes opinan que ella murió en la isla de Naxos, donde Teseo la había abandonado cuando ella dio a luz.

martes, 19 de octubre de 2010

Aquiles: Uno de los grandes héroes de la mitología griega

Aquiles, hijo de la diosa Tetis y del mortal Peleo, fue uno de los grandes héroes de la mitología griega. De todos los que lucharon en la Guerra de Troya fue el más reconocido. Su papel en la guerra fue decisivo para la victoria de los griegos, pero eso no significaba que pudiese asistir a la caída de Troya. Pese a sus cualidades sobrehumanas, Aquiles era mortal. Su muerte fue anticipada y, al contrario que otras figuras como Heracles (Hércules), no le esperaba la edificación, sino una vida de desesperanza en el mundo de las sombras. La extrema fortaleza, crueldad, arrogancia y belleza de Aquiles se convirtió en el prototipo de todos aquellos que quisieran pagar por vivir una vida ilustre, peligrosa y acelerada. Este tipo de vida siempre conlleva una muerte prematura, tal y como muestran los ejemplos de Alejandro Magno, conquistador macedonio que admiraba al propio Aquiles, e incluso otros más recientes como el de James Dean, Jimi Hendrix, Ayrton Senna o Barry Sheen.

Al principio, tanto Zeus como Poseidón cortejaron a la encantadora Tetis, hija de Nereo, dios del mar, pero como debido a una antigua predicción el hijo de Tetis superaría a su padre, se convirtió en esposa de Peleo, rey de Fitia en Tesalea. Durante su magnífica ceremonia de bodas se sembraron las semillas de la Guerra de Troya cuando Eris, diosa de la discordia, arrojó una manzana dorada sobre los invitados. Iba destinada a Hera, la diosa más bella, pero Atenea y Afrodita iniciaron una pelea con ella para dilucidar quién merecía la manzana, siendo Paris, príncipe de la corona de Troya, el que juzgó finalmente a petición de todos, con un resultado desastroso.

Tetis sabía que su hijo se convertiría en un destacado héroe, pero también sabía que no llegaría a alcanzar la madurez. Con todo el amor que le podía dar, hizo cuanto pudo para cambiar su destino, hasta bañar a su hijo en las aguas de la laguna Estigia que conducía al Averno para hacerle inmortal. Y casi lo consiguió, pero cuando sumergió a su pequeño en el agua, el talón por el que le sujetaba quedó fuera del agua yeso provocó que siguiese siendo mortal. Finalmente fue el «talón de Aquiles» el elemento fatal para el héroe. De acuerdo con otra interpretación, ante el estupor del padre del pequeño, Tetis, trató de hacer inmortal a Aquiles acostándole sobre el fuego durante la noche y frotando su cuerpo con ambrosía a diario.

Aquiles fue educado por el sabio centauro Cirón, que ya había instruido a otros héroes. Entre otras cosas, Aquiles recibió una formación intensiva en la carrera, algo que le iba a ser de gran utilidad en el campo de batalla. Uno de los epítetos más corrientes en la Ilíada de Homero es el de «pies ligeros».

Debido a que Tetis sabía que Aquiles corría el peligro de morir en la batalla. le envió a la corte del rey Licomedes en la isla de Scyros, donde se ocultó bajo la apariencia de una joven durante unos días. Sin embargo, esto no evitó que aun así tuviese un hijo, Neoptolemo, con Deidamiata, hija de Licomedes.

La estancia de Aquiles en el refugio no duró demasiado. Cuando los griegos decidieron partir hacia Troya para rescatar a Helena. Artemisa rechazó proveerles del viento necesario a menos que el comandante griego, el rey Agamenón de Micenas, le ofreciese a su hija Ifigenia. Agamenón convenció a Ifigenia para que acudiese al puerto de Aulis, donde se encontraba la flota, con la promesa de casarla con Aquiles. La llegada del héroe tuvo que ser planificada con astucia por Odisea, que llevó a cabo la tarea con gran entusiasmo. Escondió algunas armas entre las joyas que había en las habitaciones de las mujeres en el palacio de Licomedes. Entonces se acordó que habría un sonido de trompetas para dar la señal de alarma, momento en el cual una «dama», que sería Aquiles disfrazado, tendría que acudir a recoger las armas ...

Aquiles confirmó su reputación de guerrero despiadado e indestructible casi de inmediato en cuanto llegó a Troya. Los troyanos sentían el miedo cada vez que le veían aparecer en su cuadriga con su auriga, Automedonte. Dos caballos inmortales, Xanto y Balio, que podían incluso hablar, tiraban de la cuadriga. Incluso antes de empezar el asedio de la ciudad, Aquiles mató a Cieno, uno de los hijos de Poseidón, que era inmune a las armas ordinarias, por lo que Aquiles optó por estrangularle con la cinta de su propio casco.

Troilo, uno de los hijos de Apolo y Hecabe, reina troyana, murió en una emboscada que le tendió Aquiles mientras escoltaba a un grupo de troyanas, entre las que estaba Polixena, cuando se dirigían a coger agua más allá del recinto amurallado de la ciudad. Este hecho, no obstante, fue uno de los más heroieos en la historia de Aquiles.

Durante los diez largos años de asedio de Troya, los griegos llevaron a cabo diversas incursiones y saquearon las pequeñas localidades que rodeaban la ciudad-estado. Aquiles jugó un papel principal en estos ataques. Durante una de las incursiones raptó a la bella Briseis, a la que convirtió en su amante. Agamenón, comandante en jefe de las tropas griegas y beneficiario de gran parte del botín de guerra tomado por Aquiles, también tenía una amante. Criseis le parecía mejor que su esposa Clitemnestra, a la que había dejado en casa, si bien Criseis era hija de uno de los sacerdotes más importantes de Apolo, y para evitar la ira del dios, Agamenón tuvo que devolverla a su padre. Aquiles fue uno de los que más insistieron en ello y Agamenón entonces reclamó a Briseis como amante. Como comandante en jefe no podía tolerar que nadie gozase de más favores sexuales que él.

Aquiles tuvo que entregar a Briseis en contra de su voluntad, pero rechazó seguir adelante con el asedio. Se había herido su orgullo y el héroe inclusó pidió a su madre que implorase a Zeus que la fortuna de la batalla sonriese a los troyanos, como así ocurrió. El asedio de Troya duró diez años, con los griegos cada vez más presionados. Los troyanos incluso llegaron a enfrentarse a ellos en su propio campamento situado junto al mar, momento en el que Aquiles rehuyó el combate con el enemigo. No obstante, cuando los troyanos amenazaron con incendiar los barcos de los griegos, sí aceptó que su mejor amigo y compañero de fatigas, Patroclo, entrase en combate en medio de toda la confusión. Patroclo se vistió con la armadura de Aquiles y se convirtió en el héroe de la batalla, ya que los troyanos le tomaron por Aquiles, que ya se había encargado antes de ponerles de rodillas. Pero aunque pudiese parecer el propio Aquiles, no lo era, y Héctor, príncipe de la corona troyana, le mató y se hizo con la armadura del héroe griego.

Aquiles montó en cólera cuando supo la noticia de que su mejor amigo había muerto. Incluso su madre, la divinidad que le visitaba en su propia tienda, era incapaz de consolarlo. Aquiles sólo quería vengarse y cuando Tetis le dijo que estaba escrito que moriría poco después de la muerte de Héctor, contestó: «Moriría en este lugar y en este momento, ya que no puedo salvar a mi amigo. Ha caído lejos de casa y en un momento de necesidad mi mano no ha estado allí para ayudarle» (la IJíada, XVIII, 98100). Tetis supo entonces que no podría detener a su hijo, por lo que llamó a Hefesto para que le hiciese una nueva armadura a Aquiles.

Vestido con su nueva armadura, el héroe se subió a su cuadriga y se encaminó hacia el campo de batalla, donde provocó un baño de sangre entre los troyanos. Buscó a Héctor tres veces en los alrededores del recinto amurallado hasta matarlo y arrastrar su cuerpo desnudo con su cuadriga. Cada día arrastraba su cuerpo por donde pasaba y sólo después de un tiempo pudo Tetis convencerle de que devolviese el cuerpo de Héctor a su padre, Príamo, que guiado por Hermes, el mensajero de los dioses, y con un importante rescate, llegó personalmente hasta la tienda de Aquiles para presentarle sus respetos. Eljoven quedó conmovido por la pena del anciano y le entregó el cuerpo de su hijo, diciéndole que podía enterrar a Héctor en paz en un lugar adecuado. Esta historia del resentimiento de Aquiles por la pérdida de Briseis, la entrega del cuerpo de Héctor y su enterramiento quedó descrita de manera magistral en la Ilíada.

Poco antes de su muerte, Aquiles se vio envuelto en una batalla contra un ejército de Amazonas que llegaron para ayudar a los troyanos. Consiguió derribar a su reina, Pentesilea, con su lanza, pero se enamoró de ella al ver su cuerpo muerto sin la protección de la armadura.

Poco después de esa aventura fue herido con una flecha lanzada con el arma de Paris, un gran guerrero cuyo arco en esta ocasión estaba guiado por Apolo, al que no le gustaba demasiado Aquiles. El dios se aseguró de que la flecha acertaba en su única parte vulnerable, el talón.

Tetis y las otras hijas de Nereo lloraron la muerte de su hijo durante 17 días. Incluso las musas acudieron a su funeral para entonar un himno de lamento frente a su pira. Después de la cremación, sus cenizas fueron depositadas en una urna dorada que había sido forjada por Hefesto y situada en la misma tumba en la que fue enterrado Patroclo, junto al mar.

Después se desencadenó una cruenta batalla entre los griegos para dilucidar quién debía ser el heredero de la armadura de Aquiles. Áyax, que había sido el que había recuperado el cuerpo del héroe en el campo de batalla, lo reclamó para él, pero finalmente fue Odisea quien se hizo con la preciada pieza provocando con ello el suicidio de Áyax. Odisea presentó después la armadura a Neoptolemo, el hijo de Aquiles, para forjar un vínculo más fuerte entre todos los griegos antes de empezar la fase más dura de la Guerra de Troya.

Poco después, el mismo Odisea se encontró con la sombra de Aquiles en el mundo de las almas, una escena que Homero describe en la Odisea. El héroe había cambiado de idea y ya no proclamaba aquello de que había que vivir deprisa y morir joven.

«No me consueles en mi muerte, rey Odisea», le dijo a su visitante del mundo de los vivos. «Preferiría ser siervo en una casa pobre en el mundo de los vivos que rey de reyes entre los muertos» (la Odisea, XI, 488491).

De acuerdo a otra narración de los hechos, la sombra de Aquiles, que poco antes de que los griegos salieran de Troya había reclamado a Polixena, hija de Príamo, sobrevivió junto a Patroclo en la isla de Leuce, una zona paradisíaca del Averno reservada para los grandes héroes. No obstante, esta suposición parece justificar que el héroe pudiera haber preferido una vida con luz plena en el mundo de los vivos en vez de ser una sombra en el mundo de los muertos.

lunes, 18 de octubre de 2010

Apolo y Daphne: La historia romantica mitologica

Apolo, gran cazador, quiso matar a la temible serpiente Pitón que se escondía en el monte Párnaso.

Habiéndola herido con sus flechas, la siguió, moribunda, en su huída hacía el templo de Delfos. Allí acabó con ella mediante varios disparos de sus flechas.

Delfos era un lugar sagrado donde se pronunciaban los oráculos de la Madre Tierra. Hasta los dioses consultaban el oráculo y se sientieron ofendidos de que allí se hubiera cometido un asesinato. Querían que Apolo reparase de algún modo lo que había hecho, pero Apolo reclamó Delfos para sí. Se apoderó del oráculo y fundo unos juegos anuales que debían celebrarse en un gran anfiteatro, en la colina que había junto al templo.

Orgulloso Apolo de la victoria conseguida sobre la serpiente Pitón, se atrevió a burlarse del dios Eros por llevar arco y flechas siendo tan niño:

- ¿Qué haces, joven afeminado -le dijo-, con esas armas? Sólo mis hombros son dignos de llevarlas. Acabo de matar a la serpiente Pitón, cuyo enorme cuerpo cubría muchas yugadas de tierra. Confórmate con que tus flechas hieran a gente enamoradiza y no quieras competir conmigo.

Irritado, Eros se vengó disparándole una flecha, que le hizo enamorarse locamente de la ninfa Daphne, hija de la Tierra y del río Ladón o del río tesalio Peneo, mientras a ésta le disparó otra flecha que le hizo odiar el amor y especialmente el de Apolo.

Apolo la persiguió y cuando iba a darle alcance, Daphne pidió ayuda a su padre, el río, el cual la transformó en laurel. En otras versiones, Daphne pide ayuda a su madre Gea. La metamorfosis de Daphne ha sido magistralmente descrita por Ovidio:

"Apenas había concluido la súplica, cuando todos los miembros se le entorpecen: sus entrañas se cubren de una tierna corteza, los cabellos se convierten en hojas, los brazos en ramas, los pies, que eran antes tan ligeros, se transforman en retorcidas raíces, ocupa finalmente el rostro la altura y sólo queda en ella la belleza".

Este nuevo árbol es, no obstante, el objeto del amor de Apolo, y puesta su mano derecha en el tronco, advierte que aún palpita el corazón de su amada dentro de la nueva corteza, y abrazando las ramas como miembros de su cariño, besa aquél árbol que parece rechazar sus besos. Por último le dice:

- Pues veo que ya no puedes ser mi esposa, al menos serás un árbol consagrado a mi deidad. Mis cabellos, mi lira y aljaba se adornarán de laureles. Tú ceñirás las sienes de los alegres capitanes cuando el alborozo publique su triunfo y suban al capitolio con los despojos que hayan ganado a sus enemigos. Serás fidelísima guardia de las puertas de los emperadores, cubriendo con tus ramas la encina que está en medio, y así como mis cabellos se conservan en su estado juvenil, tus hojas permanecerán siempre verdes.

Existe otra versión del mito en la que Daphne es hija de Amiclas. Gran amante de la caza y de las montañas lejanas a las ciudades, es la preferida de Artemisa. Leucipo, hijo del rey de Élide, Enómao, estaba enamorada de ella, por lo que se vistió de mujer para poder acercársele. Así disfrazado se convirtió en su compañero inseparable, hasta que Apolo, celoso, inspiró a Daphne y sus compañeras el deseo de bañarse en una fuente.

Leucipo se negó pero sus ellas le obligaron a desnudarse, descubriendo así su engaño. Furiosas, se lanzaron sobre él, pero los dioses lo volvieron invisible. Entonces, Apolo se precipitó para atrapar a Daphne pero ella consiguió escapar y le rogó a Zeus que la convirtiera en laurel, que es el significado de Daphne en griego.

Simbología: Apolo era el Dios de la música y de las artes. La lira de siete cuerdas era el instrumento particular de Apolo; la corona de laurel, tradicionalmente se colocaba en la cabeza de músicos y poetas.

A Dafne ya los brazos le crecían, y en luengos ramos vueltos se mostraban; en verdes hojas ví que se tornaban, los cabellos que al oro oscurecían. De áspera corteza se cubrían los tiernos miembros, que aún balbuciendo estaban; los blancos pies en la tierra se incaban y en torcidas raíces se volvían Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza que llorar, crecer hacía el árbol que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño! Que con lloralla cresca cada día la causa y la razón por qué lloraba.

viernes, 15 de octubre de 2010

Andrómeda: La doncella fue atada a una roca

Andrómeda es hija de Cefeo (rey de Etiopía) y de Casiopea, quien pretendía ser más hermosa que todas las Nereidas. Éstas ofendidas, le pidieron a Poseidón que castigara el atrevimiento de Casiopea. Poseidón entonces envía un monstruo a las tierras de Cefeo.

Cuando el rey desesperado consulta al oráculo de Amón, éste le predice que la única manera de salvar sus tierras era exponer a Andrómeda, la hija de Casiopea como víctima expiatoria. Debido a los grandes sufrimientos del pueblo, Cefeo se vio obligado a hacerlo.

La doncella fue atada a una roca para que el monstruo la atacara y entonces dejara al pueblo libre. Perseo que volvía de matar a la Gorgona, ve a la linda joven y se enamoró de ella, por lo que prometió a Cefeo liberarla con la condición de que se la dieran por esposa. Cefeo aceptó y Perseo mató al monstruo. Luego se casó con Andrómeda.

Fineo, hermano de Cefeo, entró en cólera pues Andrómeda le había sido prometida en matrimonio anteriormente. Debido a esto urdió una conspiración contra el valiente Perseo. Sin embrago, éste lo descubre a tiempo y utiliza la cabeza de la Gorgona contra sus enemigos. Cualquiera que viera directamente la maldita cabeza sería convertido en piedra. Así Perseo se liberó de sus enemigos y pudo casarse felizmente con Andrómeda. Se la llevó para Argos y después se fueron a vivir a Tirinto, donde Andrómeda le dio varios hijos y una hija.

Conón hace una interpretación racionalista de esta leyenda, donde Cefeo reinaba en Yope, país que sería Fenicia después. Este reino se extendía desde el Meditaerráneo hasta el país de los árabes y el mar Rojo. Andrómeda (hija de Cefeo) era muy hermosa y la cortejaban Fénix y su tío Fineo. Después de mucha discusión, Cefeo resolvió casar a su hija con Fénix, pero para evitar una pelea con su hermano, simuló un rapto.

Fénix iba a robar a Andrómeda de un islote donde se hacían sacrificios a Afrodita (diosa del amor y de la belleza). Éste lo hace a bordo de una nave llamada La Ballena. Andrómeda no había sido informada del plan por lo que se puso a gritar y a pedir auxilio. Perseo (hijo de Danae y Zeus) que iba pasando, la escuchó y cuando la vió, se enamoró de ella. Por eso, decidió salvarla.

Con la cabeza de Medusa (la Gorgona), a quien acaba de matar, Perseo petrificó a quienes creía malvados raptores, y rescató a Andrómeda quien se enamoró de él, por lo que se casan y se van tranquilamente a reinar a Argos.

jueves, 14 de octubre de 2010

Las Amazonas: Mujeres guerreras

Las Amazonas eran un pueblo de solo mujeres descendientes de Ares, dios de la guerra y de la ninfa Harmonía. Se ubicaban a veces al norte, otras en las llanuras del Cáucaso, y otras en las llanuras de la orilla izquierda del Danubio. En su gobierno no interviene ningún hombre, y como jefe tienen una reina. La presencia de los hombres era permitida siempre que desempeñaran trabajos de servidumbre. Para perpetuar la raza se unían con extranjeros, pero sólo conservaban a las niñas. Si nacían varones, se cuenta en algunas versiones, que los mutilaban dejándolos ciegos y cojos. Otras fuentes indican que los mataban. Por decreto, a todas las niñas les cortaban un seno, para facilitarles el uso del arco y el manejo de la lanza. De esta costumbre proviene su nombre 'amazonas' del griego 'amazwn' que significa 'las que no tienen seno'.

Eran un pueblo muy guerrero, por lo que su diosa principal era Artemisa, la cazadora. Debido a esto, se les atribuía la fundación de Éfeso y la construcción del Gran Templo de Artemisa.

De este pueblo, hay muchas leyendas donde grandes héroes tuvieron que enfrentarse a ellas. Por ejemplo, Belerofonte quien luchó contra ellas por mandato de Yóbates. Una de las más conocidas es cuando Heracles (Hércules) cumple la misión que le asigna Euristeo, y se dirige a las márgenes del Termodonte a adueñarse del cinturón de Hipólita, reina de las amazonas. Ésta consintió en entregarle el cinturón a Heracles, pero la celosa Hera (esposa del dios Zeuz) provocó una rebelión entre las Amazonas, y Heracles tuvo que matar a Hipólita. Teseo que acompañaba a Heracles en su misión, se llevó a Antíope, una de las amazonas. Ellas, molestas por este atrevimiento y para vengar el rapto, hicieron la guerra contra Atenas, pero fueron derrotadas por los atenienses que estaban liderados por Teseo.

Otra hazaña legendaria que las involucra, es la ayuda que le brindaron a los troyanos durante la guerra de Troya. Pentesilea, reina amazona, envió un grupo de apoyo a Príamo, rey troyano. Aquiles dio muerte a Pentesilea, quien antes de morir, hizo que éste se enamorara perdidamente de ella, lo que le infundió gran sufrimiento.

martes, 12 de octubre de 2010

Alcmena: La madre de Heracles

Alcmena es la esposa de Anfitrión y la madre de Heracles. Es del linaje de Perseo y de Andrómeda, pues su padre fue Electrión, hijo de éstos.

Se destacaba por su gran belleza. Cuando se casó con Anfitrión, quien era sobrino y cuñado de Electrión e hijo de Alceo (hermano de Electrión), y quien también provenía de los Persíadas no podían consumar el matrimonio hasta que él llevara a cabo la venganza de los hermanos de ella, hazaña que realizó con la ayuda del Creonte entre otros.

Anfitrión y Alcmena vivían en el destierro provocado por el asesinato accidental del suegro que Anfitrión había cometido. De ahí, él parte a la guerra contra los telebeos. En su ausencia, Zeus (dios de dioses) se hace pasar por él y convence a Alcmena de que tenga amores con él. Ella creyendo que era su marido y que la venganza ya había sido realizada, acepta y se une al dios en una noche alargada por él, para gozar de Alcmena durante mucho tiempo.

Al día siguiente, regresa su marido y también se une sexualmente a su esposa. Alcmena concibe así a dos hijos, uno por intervención del dios y otro de su marido. Los niños son gemelos con un día de diferencia. El mayor se llama Heracles (Hércules) y es hijo de Zeus, mientras que de Anfitrión nace Ificles.

Cuando Alcmena escucha todos los detalles de las batallas que le cuenta Anfitrión, ella le replica que ya lo sabe todo y además no demuestra gran efusión cuando su marido regresa. Anfitrión, intrigado, le pregunta al anciano adivino Tiresias sobre el asunto, y éste le revela la verdad sobre la relación entre Alcmena y Zeus.

Anfitrión deseó castigar a su esposa, a pesar de saber que ella no había tenido culpa en el asunto, y la iba a quemar en la hoguera. Zeus intervino y envió una fuerte lluvia ante lo cual, Anfitrión perdonó todo y decidió incluso hacerse cargo del hijo del dios.

El problema sobreviene cuando Hera (esposa inmortal de Zeus) se entera de todo y se vuelve presa de sus celos. Cuando Alcmena va a dar a luz, Hera interviene y logra que el parto se prolongue hasta los diez meses. Así, Euristeo (primo de Heracles) nace primero, y Heracles queda sometido a los designios de Euristeo debido a un oráculo que Zeus había dictado según el cual el próximo descendiente de Perseo reinaría sobre Argos.

Más adelante, Alcmena enviudó y acompañó a Heracles junto con Yolao (sobrino de Heracles) e Ificles en el fallido intento de regresar a su patria de origen, una vez que Heracles había terminado los doce trabajos impuestos por Hera mediante Euristeo. Éste se negó a dejarlos permanecer en su tierra.

Cuando Heracles muere, ella se encuentra con varios de sus nietos en Tirinto, de donde fue expulsada con todos los descendientes de Heracles por orden de Euristeo. Todos fueron bien recibidos en Atenas donde se refugiaron.

Euristeo decidió atacar a Atenas por haberle dado acogida a quienes estaban relacionados con Heracles y perdió la batalla. Los atenienses le entregaron a Alcmena la cabeza de Euristeo, y ella le sacó los ojos con un uso.

Terminó sus días terrenales en Tebas junto con todos los descendientes de Heracles. Hay varias versiones de lo que ocurre después de su muerte. Según una primera versión, Zeus envió a Hermes a recoger el cuerpo de ella para transportarlo a las islas de los Bienaventurados, donde se casó con Radamantis.

Según otras versiones, fue llevada al Olimpo donde compartió honores con su hijo divino. También existe la idea de que cuando Anfitrión había muerto en la lucha junto a su hijo, ella se había casado con Radamantis, quien estaba desterrado, y había vivido con él en Beocia, Ocalea.

lunes, 11 de octubre de 2010

Alcestis: La única que pudo resistir a las malas artes de Medea

Alcestis es la hija menor de Pelias, rey de Yolco, y de Anaxibia. De todas las hijas de esa pareja, Alcestis es la más hermosa y piadosa.

La joven fue la única que pudo resistir a las malas artes de Medea, de forma que no participó en el asesinato de su padre, inmolado por el resto de sus hermanas engañadas.

Admeto, rey de Feras, se enamoró de la hermosa joven, pero el padre de ésta había decidido casar a su amada hija sólo con el hombre cuyo carro fuera tirado por un león y un jabalí bajo un mismo yugo. Admeto había sido servido por Apolo -en calidad de boyero-, cuando éste había sido castigado por haber matado a flechazos a los cíclopes en venganza de la muerte de su hijo, que Zeus había matado como castigo por su habilidad de resucitar muertos.

Debido a que durante su servicio, Apolo había recibido un buen trato de parte de Admeto, decidió ayudarlo y le proporcionó a éste el carro requerido como condición para obtener la mano de Alcestis. Así, la boda se lleva acabo.

Sin embargo, durante la celebración los novios olvidaron realizar un sacrificio a Artemisa, quien se moletó y llenó la habitación nupcial de serpientes. De nuevo Apolo agradecido (aunque dicen otras versiones que el dios estaba enamorado de Admeto), decide interceder ante su hermana por Admeto, al tiempo que obtiene la gracia de los Hados, para que Admeto no muriese el día designado si alguien se ofrecía en su lugar.

Cuando el día de la muerte de Admeto llega, nadie es capaz de tal sacrificio, excepto la joven Alcestis inflamada por el amor a su esposo. Debido a esto, el trágico Eurípides habla de la pareja como ejemplo de amor conyugal.

Como se había designado, Alcestis muere en lugar de su marido, pero Heracles (compañero de Admeto en la expedición de los Argonautas) llega de visita y pregunta el motivo del duelo que hay en palacio. Se le explica que la reina Alcestis ha muerto en lugar de su rey y amado esposo.

Heracles se sorprende y decide descender al Hades, en busca de la joven Alcestis. Luego, la rescata y la devuelve a la tierra entre los vivos, más hermosa y joven que nunca, para que viviera al lado del hombre por el que había sido capaz de morir.

Según otra versión, la propia Perséfone, impresionada por el amor de Alcestis, la había enviado por su decisión de vuelta a la vida.

jueves, 7 de octubre de 2010

Agamenón: Comandante en jefe del ejército griego

Agamenón era hijo de Atreo, rey micénico, y de su esposa Anaxibia. Después del asesinato de Atreo, Agamenón y su hermano Menelao, con la ayuda de Tindareo, rey de Esparta, se hicieron con el trono de Micenas, siendo tiempo más tarde Menelao el sucesor del rey Tindareo. Cada hermano se casó con una de las hijas del rey: Agamenón con Clitemnestra y Menelao con la espectacular Helena. Los primeros tuvieron tres hijas, Ifigenia, Electra y Crisotemis, y un hijo, Orestes.

Cuando Helena fue raptada por el príncipe troyano Paris, provocando que los griegos le declarasen la Guerra a Troya, Agamenón se convirtió en comandante en jefe del ejército griego, en el cual estaban representados diversos reinos. En su determinación en la defensa del honor de Menelao, Agamenón llegó a extremos insospechados.

Cuando la flota griega se vio incapacitada para partir desde Aulis hasta Troya porque Artemisa, a la que en cierta ocasión Agamenón había insultado, se negó a dar les el viento favorable, el comandante estaba incluso dispuesto a ofrecer a su hija Ifigenia en sacrificio a la diosa. No todas las fuentes coinciden en la veracidad de este ofrecimiento, ya que de acuerdo a algunos textos, Ifigenia pasó a ser una de las sacerdotisas de Artemisa en Tauris. Cualquiera que sea la historia que aceptemos, el episodio muestra el carácter sin escrúpulos de Agamenón.

En la Ilíada de Hornero, Agamenón aparece como un líder valiente, pero a la vez frío, arrogante y testarudo que a menudo se deja guiar por sus propios caprichos y deseos, sin estar nunca preparado para tener en cuenta a los demás, tratando a sus iguales como vasallós. Hornero menciona que Agameón salió en barca hacia Troya con cien embarcaciones y que poseía un cetro de marfil hecho por Hefesto.

Agamenón realizó un movimiento peligroso cuando reclamó para sí a la amante de Aquiles, Briseis, después de haber tenido que entregar a su esclava Criseis, a la que había capturado en la batalla, a su padre Crises, uno de los sacerdotes de Apolo.

Aquiles, a quien no le gustaba demasiado su comandante en jefe, cultivó un profundo resentimiento por este hecho y rechazó volver al campo de batalla. Los griegos, que hasta entonces habían dominado la contienda ante los troyanos, se encontraron en una situación difícil. En un ataque, las tropas enemigas avanzaron enormemente y amenazaron con prender fuego a los barcos griegos. Patroclo, amigo íntimo de Aquiles que llevaba su armadura, no pudo evitar el desastre.

Agamenón había hecho muy pocos amigos incluso en casa, lo cual quedó claro tras el regreso de Troya. Su esposa, Clitemnestra, no había sido capaz de perdonarle por el ofrecimiento de Ifigenia en sacrificio y se había convertido en la amante de Egisto, uno de los asesinos del padre de Agamenón.

De acuerdo con la narración de Hornero, que describió cómo Odisea se encontraba con el fantasma de Agamenón en el mundo de los muertos, Egisto invitó a Agamenón a un banquete en el que fue traicionado y asesinado por su propia mujer y su amante, ayudados por un gran número de soldados a sus órdenes y la princesa troyana Casandra, a la que había tomado como rehén como parte del botín de guerra. De acuerdo con el dramaturgo Esquilo, Clitemnestra y Egisto se abalanzaron sobre Agamenón mientras se bañaba en su propio palacio y le asesinaron con un hacha.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Aracne: La mujer de los tejidos

Aracne es hija de Idmón un tintorero y nació en Lidia. La joven era muy famosa por tener gran habilidad para el tejido y el bordado.

Cuenta la leyenda que hasta las ninfas del campo acudían para admirar sus hermosos trabajos en tales artes. Tanto llegó a crecer su prestigio y popularidad que se creía que era discípula de Átenea (diosa de la sabiduría y de las hiladoras).

Aracne era muy habilidosa y hermosa, pero tenía un gran defecto: era demasiado orgullosa. Ella quería que su arte fuera grande por su propio mérito y no quería deberle sus habilididades y triunfos a nadie. Por eso, en un momento de inconciencia, retó a la diosa, quien por supuesto aceptó el reto. Primero, se le apareció a la joven en forma de anciana y le advirtió que se comportará mejor con la diosa y le aconsejó modestia.

Aracne, orgullosa e insolente desoyó los consejos de la anciana y le respondió con insultos. Atenea montó en cólera, se descubrió ante la atrevida jovencita y la competencia inició. En el tapiz de la diosa, mágicamente bordado se veían los doce dioses principales del Olimpo en toda su grandeza y majestad. Además, para advertir a la muchacha, mostró cuatro episodios ejemplificando las terribles derrotas que sufrían los humanos que desafiaban a los dioses.

Por su parte, Aracne representó los amoríos deshonrosos de los dioses, como el de Zeus y Europa, Zeus y Dánae, entre muchos más. La obra era perfecta, pero Palas encolerizada por el insulto hecho a los dioses, tomó su lanza, rompió el maravilloso tapiz y le dio un golpe a la joven. Ésta sin comprender, se siente totalmente humillada y deshonrada, por lo que enloquece y termina por ahorcarse.

Sin embargo, Palas Atenea no permitió que muriera sino que la convirtió en una araña, para que continuara tejiendo por la eternidad.

Otra versión nos cuenta que Aracne tenía un hermano llamado Falange. Mientras ella aprendía con Palas Atenea las artes del tejido, Falange aprendía el arte de la guerra. Todo iba bien, hasta que la diosa descubrió que entre los hermanos existía una relación impía e incestuosa, por lo que los castigó convirtiéndolos en animales.

martes, 5 de octubre de 2010

Afrodita: Diosa del amor y la belleza

Afrodita es la diosa del amor y la belleza, y se identifica en Roma con la antigua divinidad itálica Venus. Según una tradición es hija de Urano y según otra de Zeus y Dione.

En el caso de la primera historia, el nacimiento ocurre en el momento que Cronos (dios del tiempo) corta los genitales de su padre Urano y los lanza al mar, de donde surge Afrodita. De ahí que se le conozca como "la diosa nacida de las olas" o "nacida del semen de dios".

Una vez que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos Céfiros, primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a la morada de los Inmortales.

Posteriormente, Platón imaginó que había una Afrodita Urania, la diosa del amor puro e hija de Urano; y Afrodita Pandemo, hija de Dione y diosa del amor vulgar. Sin embargo esta es una concepción filósofica tardía.

Afrodita es partícipe de un sinnúmero de leyendas. Primero, se casó con Efesto (el divino cojo y dios del Fuego), pero estaba enamorada de Ares (dios de la Guerra).

Cuenta Homero (escritor de La Odisea y La Iliada) que mientras los enamorados se entregaban a la pasión en una madrugada, en el lecho de Afrodita, Efesto celoso les había puesto una trampa, pues el Sol le había contado que su amada le estaba siendo infiel.

Cuando los amantes se dieron cuenta ya estaban atrapados en una red mágica que tenía el esposo de la bella diosa, y éste fue a llamar a todos los dioses para que fueran testigos del engaño. Todos se burlaron del asunto, pero Poseidón (dios del Mar) pidió clemencia y por eso Afrodita y Ares fueron liberados.

La diosa avergonzada huyó a Chipre, mientras que Ares se fue a Tracia. Sin embargo, sus amores tuvieron fruto y de tal unión nacieron Eros (dios del amor) y Anteros, Deimo y Fobos (el Terror y el Temor) y Harmonía. A veces también se agrega a Príapo.

A parte de Ares, Afrodita estuvo involucrada amorosomente con Adonis y a Anquises con quien tuvo a Eneas (héroe troyano y personaje de La Eneida de Virgilio) y a Lirno.

Pero, la diosa fue especialmente conocida por sus maldiciones e iras, pues cuando alguien caía en la desgracia de ofender a la diosa, se condenaba a tormentos terribles. Por ejemplo, castigó a la Aurora con un amor irrefrenable por Orión, ya que había cedido a las seducciones de Ares. También castigó a todas las mujeres de Lemnos, ya que éstas no la honraban, y las impregnó con un olor insoportable que provocó que sus hombres las abandonaran. De igual manera castigó a las hijas de Cíniras y las obligó a prostituirse con extranjeros.

Por otra parte, caer en su gracia era igual o más peligroso. Cuando la Discordia lanzó una manzana a la más hermosa de las diosas, e hizo que compitieran Afrodita, Palas Atenea y Hera, y Zeus decidió que fuera Alejandro (Paris, héroe troyano) el que definiera quién era la más hermosa, cada una le ofreció un regalo a cambio de que la escogiera. Palas Atenea le ofreció hacerlo invencible en la guerra, Hera le prometió el reino del universo, y Afrodita la mano de Helena (hija de Zeus y hermana de los Dioscuros), quien era la mujer más hermosa del mundo. Paris eligió a Afrodita y fue por esta promesa que se inició la famosa Guerra de Troya.

Afrodita agradecida con Paris, lo protegió durante toda la campaña así como a los demás aqueos, incluyendo a su hijo Eneas, a quien logró salvar de la muerte.

Aunque Troya iba a perder la guerra definitivamente, Afrodita logró rescatar la raza de los aqueos con su hijo Eneas, quien luego viajara a una tierra desconocida donde sus descendientes Rómulo y Remo fundarían Roma.

Así es como para lo romanos Afrodita, Venus para ellos, fuera su protectora particular y por eso César le levantó un templo bajo la invocación de Venus Madre.

Los animales favoritos de esta diosa eran las palomas, y estas aves arrastraban su carro. Sus plantas eran la rosa y el mirto.

lunes, 4 de octubre de 2010

Eneas: Valeroso caudillo del ejército troyano

Eneas fue uno de los más grandes héroes troyanos. Hijo de Anquises y de la diosa Afrodita, se convirtió en un valeroso caudillo del ejército troyano según la Ilíada de Homero y su huida de la ciudad lo llevó a la fundación de la ciudad de Roma, según la Eneida de Virgilio.

Eneas es un personaje imponente dentro de la mitología tanto griega como romana. Fue el héroe más valeroso de los troyanos después de Héctor, y los dioses lo protegieron durante las batallas de la Guerra de Troya. Pero su destino final marcaría la diferencia. Algunas versiones dicen que tras la caída de la ciudad, Eneas fue parte del botín de los griegos, pero o bien logró escapar o bien recuperó su libertad tras la muerte de su captor, para más tarde participar en la fundación de Roma.

El mito griego nos dice que Eneas logró abandonar la destruida ciudad de Troya junto a otros pocos hombres y llevando consigo a su hijo Ascanio y a su padre Anquises, mientras que su esposa no lo logró. Escaparon a Macedonia en las naves y arribaron en Cartago, donde conoció a la reina Dido, quien se enamoró de él y acabó suicidándose cuando éste partió.

El viaje continuó y Eneas llegó al pueblo de Palanteo, ubicado en lo que luego sería conocido como el Palatino y, en la actualidad, como Lacio. Allí Eneas se volvió a casar. Lavinia fue la elegida y de esta unión nació Silvio, mientras que su otro hijo Ascanio fundó Alba Longa. Según Virgilio, éste dio inicio a un largo linaje de reyes que incluía a Rea Silvia, madre de Rómulo y Remo, por ende, Eneas fue el progenitor del pueblo romano.

En el siglo I a.C., Roma comenzaba a descansar luego de un período de guerras civiles y Augusto había traído al fin la paz, prosperidad y grandeza del Imperio. Éste le encargó a su poeta oficial, Virgilio, la elaboración de un poema épico que lo glorifique. La leyenda de Eneas era bien conocida en tiempos de Virgilio, por lo que elaboró la Eneida; una suerte de reescritura de los poemas homéricos, tomando la Guerra de Troya y su destrucción como punto de partida y narrando las aventuras de Eneas hasta la fundación de Roma, todo a la manera de los legendarios mitos griegos.

La familia Julia de Roma, y principalmente Julio César y Augusto, incluían a Ascanio y Eneas dentro de su linaje. De esta forma, la leyenda retomada por los romanos se convirtió no sólo en una propaganda política, sino que también en el mito de origen del pueblo romano.

viernes, 1 de octubre de 2010

Las Vestales de la antigua Roma

En la mitología romana, Vesta es la diosa del hogar. Sus sacerdotisas eran las vestales y su principal labor consistía en guardar el fuego sagrado en el templo de Vesta; una tarea primordial en la antigua Roma.

El trabajo de una vestal no era nada sencillo. En total eran seis y eran designadas por el Gran Pontífice. A la hora de seleccionarlas, debían ser hijas de padres reconocidos, vírgenes de gran belleza y tener entre seis y diez años de edad. Las elegidas era separadas de su familia y conducida al templo, en donde les cortaban el cabello y luego las sometían a una prueba, dejándolas suspendidas de un árbol para probar que realmente ya no dependían de sus familias.

Superada la prueba, comenzaban los servicios como vestal, los cuales tenían una duración de treinta años. Los primeros diez estaban destinados al aprendizaje del servicio, los diez siguientes al servicio propiamente dicho, y los últimos diez a la instrucción. Entre sus atributos figuran, en la cabeza, el tocado con un velo, y en sus manos una lámpara encendida. Solían también depositar espigas de almidonero en los canastos de los cosechadores, que ellas mismas molían para hacer la harina con la que era uncido todo animal destinado al sacrificio para los dioses. Una vez que habían pasado estos treinta años, las vestales podían abandonar sus servicios y casarse para formar sus propias familias, aunque generalmente decidían permanecer célibes en el templo.

La mayor responsabilidad de una vestal era la de mantener siempre encendido el fuego sagrado del templo de Vesta que estaba situado en el Foro romano. Si éste se extinguía, el Senado se para determinar la causa y solucionarla, luego se purificaba el templo para volver a encender el fuego.

Sólo se podía encender con la luz solar y la vestal responsable de no cuidar bien del fuego, era castigada con azotes. Peor era la situación si llegaba a perder su virginidad. Esta era la peor de las faltas y el castigo, originalmente, era la lapidación, luego sustituido por la decapitación o el enterramiento en vida. La función que desempeñaban las vestales se consideraba fundamental, pues los romanos creían que el destino de Roma estaba ligado al mantenimiento del fuego sagrado del santuario de Vesta y, si éste se extinguía, Roma misma se resentiría.

Asimismo, ser vestal le permitía a una joven mujer disponer de ciertos honores y privilegios, como poder testar aún viviendo sus padres y disponer de lo suyo sin necesidad de tutor o curador. También podían absolver a un condenado a muerte si lo encontraban cuando éste era conducido al cadalso, siempre y cuando el encuentro fuese completamente fortuito.