jueves, 31 de julio de 2008

El Arropiero - Manuel Delgado Villegas

Manuel Delgado Villegas, asesino en serie y psicótico, apodado el ARROPIERO. Nacido en 1943, analfabeto, de escasas luces, hijo de un vendedor de dulces de higo y propenso a enfadarse cuando le brotaban pelillos en el centro del labio superior, porque ello borraba el parecido que creía tener con Cantinflas. Violador bisexual con antecedentes penales; sádico, con ocho muertes probadas, otras catorce investigadas y veintiséis más confesadas por él mismo.

Confesó tantos crímenes a la policía que los agentes encargados del caso creyeron que se encontraban ante un fabulador extraordinario, por lo que acotaron sus crímenes probables a una lista más verosímil, de sólo 22, de los cuales llegaron a probarle ocho. Pero el Arropiero dio tantos detalles, y tan precisos, de sus delitos –algunos cometidos fuera de nuestro país– que su abogado siempre creyó que su cliente era, sin lugar a dudas, "el más grande asesino de la historia".

Nunca fue legalmente juzgado ni, por tanto, culpado por sus crímenes. Al serle detectada una grave enfermedad psiquiátrica se le declaró falto de responsabilidad penal, y la Audiencia Nacional ordenó en 1978 su internamiento en un centro psiquiátrico. Estuvo mucho tiempo en Carabanchel (Madrid) y en Fontcalent (Alicante). Los últimos años de su vida los pasó ingresado en el psiquiátrico de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), de donde podía salir a pasear libremente. Falleció en 1998, víctima de una afección pulmonar.
En los psiquiátricos subsistía con altibajos en su esquizofrenia, que se completaba con un cuadro de delirio megalomaníaco y desorientación tempo-espacial, así como con una fuerte tendencia al autismo, lo que le aislaba del mundo que le rodeaba. La enfermedad pulmonar que finalmente le mató fue debida al tabaco, ya que se pasó los largos años de reclusión fumando un cigarrillo tras otro, devorando cajetillas, hasta desarrollar una EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica). Es irónico que el mayor asesino de España fuera a su vez asesinado por el tabaco, uno de los mayores asesinos del mundo.
El Arropiero debe su apodo a que su padre vendía arrope, un dulce de higos; primero fue "el hijo del arropiero" y luego se quedó con el mote. Manuel Delgado Villegas nació en Sevilla el 25 de enero de 1943. Su madre, que contaba entonces 24 años, murió al dar a luz, por lo que él y su única hermana, Joaquina, fueron criados por su abuela.
Aunque fue a la escuela, no sabía leer ni escribir. A los 18 años ingresó voluntario en la Legión, donde aprendió uno de los golpes mortales –el de la mano abierta en el cuello– con que dio fin a muchas de sus víctimas. Tras desertar, emprendió un largo vagabundeo por España, Italia y Francia; y fue dejando su camino sembrado de cadáveres. Fue detenido el 18 de enero de 1971 en el Puerto de Santa María, Cádiz, por la muerte de Antonia Rodríguez Relinque, con la que mantenía relaciones sentimentales.
El asesinato de su novia fue la última de sus fechorías. Durante los interrogatorios dejó atónitos a los policías con el relato de sus crímenes. Se atribuyó desde el asesinato de una hippie francesa hasta el célebre "crimen de la tinaja".
El Arropiero presentaba entonces un aspecto muy singular: corpulento y atlético, caracterizaba su rostro con un inconfundible bigote a lo "Cantinflas", en homenaje al que era su personaje más admirado. Salía con Antonia Rodríguez, una mujer subnormal, soltera, de 38 años, mucho mayor que él, a la infligía malos tratos. El día del crimen la llevó en moto a un lugar del campo, solitario, donde mantuvieron relaciones sexuales. Movido por el impulso irrefrenable que le hizo cometer tantos crímenes, rodeó el cuello de Antonia con los leotardos que le había quitado y la estranguló mientras hacían el amor.
Los policías se ganaron la confianza del asesino y lograron que les llevara donde había ocultado el cuerpo. Uno de los detalles más espeluznantes que sabrían sobre la marcha fue la necrofilia del criminal, pues abusaba sexualmente de los cadáveres.
El primero de sus asesinatos comprobados lo cometió en Cataluña el 21 de enero de 1964, en la playa de Llorach (Garraf). Se acercó a un hombre que dormía apoyado en un muro –el cocinero de 49 años Adolfo Folch Muntaner– y le destrozó el cráneo con una piedra. Luego le robó el dinero, la cartera y el reloj.
Su segundo crimen comprobado se descubrió el 20 de junio de 1967, cuando se encontró el cadáver de una estudiante francesa de 21 años, Margaret Helene Boudrie, en Can Planas, una masía de Ibiza. Su cuerpo estaba totalmente desnudo y tenía un fuerte golpe en un ojo, así como contusiones y arañazos en el cuello. En la espalda había recibido una puñalada. El Arropiero dijo a los policías que se había ganado su confianza, que le robó una cadena con una medalla que llevaba al cuello y que abusó de ella una vez muerta.
El tercer asesinato admitido y probado fue el de Venancio Hernández Carrasco, vecino de Chinchón, al que hallaron muerto en las aguas del Tajuña el 20 de julio de 1968. Había salido al trabajo en un viñedo de su propiedad, a orillas del río, cuando se encontró con Delgado Villegas, que le pidió algo de comer. Venancio le respondió que si quería comer, trabajara, que era joven. Esto ofendió a Delgado Villegas, que atacó a su víctima con el "golpe legionario" y la arrojó al río. Hasta la confesión de Villegas todo el mundo creyó que había muerto ahogado por accidente.
El cuarto asesinato fue descubierto en Barcelona, a primeras horas del 5 de abril de 1969, por las limpiadoras de un almacén de muebles de la Avenida del Generalísimo. Éstas hallaron al propietario, Ramón Estrada Saldrich, inconsciente pero aún con vida. Murió en el Hospital Clínico. El Arropiero le había conocido en un bar y se habían hecho amigos. Con cierta frecuencia iban al almacén. La noche del crimen Delgado Villegas le pidió mil pesetas y Estrada se negó a dárselas. Aquél golpeó a éste en el cuello, como solía hacer con sus víctimas, y le remató estrangulándolo. Luego le robó las sortijas, el reloj y la cartera.
La quinta víctima comprobada fue una anciana de 68 años: Anastasia Borrella Moreno, una mujer menuda y vivaracha que trabajaba en la cocina del bar Iruru de Mataró. El 23 de noviembre de 1969 salió camino de su casa... y nunca llegó a ella. Cuatro días más tarde unos niños que jugaban en el túnel de la Riera Sirena, a unos 300 metros del domicilio de Anastasia, encontraron el cadáver. Estaba cubierto con un plástico, boca arriba, con las ropas subidas. La habían matado a golpes con un ladrillo.
Villegas explicó que aquel día tenía ganas de una mujer. Al encontrarse con la anciana le preguntó si quería tener acceso carnal con él. Anastasia reaccionó indignada y le amenazó con avisar a la policía. Por eso la mató y la tiró al torrente seco. Como se veía desde arriba, bajó para esconderla en el túnel. Se sintió excitado y abusó de su víctima. Este acto de necrofilia lo repitió todas las noches siguientes, hasta que el cuerpo fue encontrado.
El sexto crimen reconocido tuvo lugar el 3 de diciembre de 1970, y la víctima era un amigo de el Arropiero. Se llamaba Francisco Marín Ramírez, tenía 24 años, era de Córdoba y vivía en la misma calle que Antonia Rodríguez, la novia oligofrénica del criminal. Según Delgado Villegas, iba con Francisco en una moto cuando, en medio de la carretera, el muchacho le hizo algunas caricias, cosa que le sacó de quicio. Paró la moto y le asestó su célebre golpe en el cuello. El muchacho se quedó sin respiración y le pidió que lo llevara a recuperarse junto al río. Allí, según Villegas, volvió a insinuársele, y por eso lo tiró al agua.
A partir de aquí, el Arropiero se culpó de tal cantidad de crímenes que desbancó a muchos considerados en el mundo como los primeros en cuanto a número de víctimas. En San Feliú de Guixols dijo haber estrangulado a una extranjera; en Alicante dio muerte a una mujer a navajazos; en Barcelona, a un homosexual, al que estranguló con un cable; en Valencia, a una mujer, a la que metió en una cuba.
Manuel Delgado Villegas no tuvo abogado defensor hasta seis años y medio después de ser detenido. Entre sus récords está el de la detención preventiva más larga sin protección legal. Fue el primer criminal al que se llevó en avión por España para comprobar la veracidad de sus estremecedores relatos. En las pruebas médicas se le detectó el cromosoma XYY, conocido universalmente como el de la criminalidad. Por su "doble Y", distintivo de virilidad, a quienes lo poseen se les ha llamado también "superhombres", lo que no deja de ser un sarcasmo, dado que es frecuente observarles alteraciones sexuales de inmadurez y homosexualidad.
El Arropiero, en sus últimos años, fue un hombre muy singular, con enormes barbas y pelo largo, como si fuera el Robinson de los psiquiátricos. El avance de su enfermedad hizo imposible, en los últimos tiempos, mantener una conversación coherente con él.

miércoles, 30 de julio de 2008

Fred y Rose West - La Casa de los Horrores

El 24 de febrero de 1994 se descubre el secreto mejor escondido en 25 Cromwell Street. El fin de la historia de la casa del terror de Gloucester. La policía arresta al dueño de la casa: Frederick West, quien confiesa que su esposa y él no saben nada acerca de su hija Heather West; según su declaración "muchas chicas desaparecen" y aclara "falsifican sus nombres para trabajar como prostitutas, ella es lesbiana y tiene problemas con las drogas".
Rose fue interrogada en la casa y tuvo una confesión similar, Heather desapareció a los 16 años de edad, era desagradable, perezosa y lesbiana. Toda la noche Fred y Rose pasan hablando en prisión. Al día siguiente confiesa Fred al detective Hazel Savage que él la había matado. Le cuenta como la cortó en varios pedazos para enterrarlos y repite con insistencia que Rose, su mujer, no sabe nada del asesinato. Veinte minutos después niega toda su declaración, "Heather está viva y sana. Posiblemente en estos momentos esté trabajando, tenga un Mercedes, chófer y una nueva identidad". La policía encontró tres huesos humanos, pero no pertenecían a Heather. Cuando Fred se entera del hallazgo de los huesos, confiesa una vez más el asesinato de su hija, pero niega que los restos del cadáver los haya enterrado en ese lugar. Fred cuenta a la policía cómo ocurrió el asesinato, golpeó a Heather por insolente y la agarró fuertemente de la garganta porque se había reído de él, la apretó hasta que se puso azul y se le detuvo la respiración, intentó reanimarla, la llevó a la bañera para mojar su cuerpo, cogió su ropa para secarla y luego la tiró en la basura. Se aseguró que estuviese muerta, la descuartizó con un cuchillo, al cortar la cabeza Fred escuchó un sonido muy desagradable, pero una vez cortada la cabeza, empezó a retorcer sus piernas hasta separarlas del cuerpo, tenía que hacer el cuerpo pequeño para enterrarlo en el jardín y el resto echarlo a la basura, su cuerpo permaneció enterrado siete años. Fred West nació en 1941 en Much Marcle, un pueblo a 120 millas al oeste de Londres, a pesar de los problemas y en la miseria en que vivieron los West tuvieron seis hijos más, Fred fue el consentido de su madre, no fue un buen estudiante y con frecuencia tenía problemas por lo que le golpeaban con una vara. Daisy, su madre, una mujer con sobrepeso, iba con frecuencia a gritar a sus profesores por los castigos que recibía su hijo favorito, sus compañeros lo apodaron "el niño de mamá". A los 15 años abandona los estudios y se dedica a trabajar en una granja. A los 16 años se convierte en un adolescente muy atractivo para las chicas, y empieza a salir con cualquiera para hacer realidad sus fantasías. Su padre tenía relaciones sexuales con su hermana y quedó embarazada. A los 17 años sufre un accidente de moto y como resultado: una lámina de metal dentro de su cabeza y una pierna lisiada por siempre.
Tras recuperarse del accidente, Fred encuentra una amiga de 16 años llamada Catherine Bernadette Costello, apodada Rena, quien desde su niñez había tenido problemas con la justicia, encuentra en ella una ladrona muy experimentada y habilidosa. Se convierten en amantes casi de inmediato, pero el romance acaba cuando ella viaja a Escocia.
En 1961, Fred y un amigo roban un reloj y cigarrillos en un almacén, este es el comienzo de una etapa turbia. Pocos meses después fue acusado por una niña de 13 años amiga de la familia West de violación. El escándalo le originó problemas con su familia y le echaron de casa. Alejado de su familia trabaja en construcciones, roba y mantiene relaciones sexuales con mujeres jóvenes. Después de violar a la niña de 13 años, su médico lo defiende ante la justicia reclamando que padece epilepsia, por consiguiente no paga la condena en la cárcel. A los 20 años, Fred West ya tenía fama de violador de niñas, ladrón mezquino y por ende la deshonra de su familia. En 1962, los padres de Fred le permiten volver a casa en Much Marcle, su novia Rena Costello había regresado de Escocia y busca de inmediato a Fred. Rena no fue una muchacha normal, más bien era una experimentada delincuente juvenil fichada como prostituta. Embarazada de un asiático chofer de autobús y con problemas en su casa acepta como su compañero a Fred, pero ella no había contado la verdad. Secretamente, se casan en noviembre del mismo año e inmediatamente regresan a Escocia. Sus padres creían que el niño que esperaba era de Fred. En marzo de 1963, cuando nace el niño, Fred escribe una carta a la madre de Rena contando que el niño había muerto en el parto y que ella había adoptado uno de inmediato. Aunque Rena había ejercido la prostitución, no podía soportar el voraz apetito sexual de Fred West.
El interés de Fred por el sexo no era normal. "El quería sexo oral y sodomía a toda hora del día y de la noche". Fred conducía un camión de helados el cual fue dado a su joven mujer. Para alguien tan altamente sexuado como Fred, esto le pareció el paraíso. Su aparente cortesía, responsabilidad y sinceridad, le facilitaba entablar amistad con los adolescentes que se acercaban a su camión de helados narrándoles inocentes cuentos. A pesar de sus continuas infidelidades era muy posesivo con Rena. En 1964, Rena conoce a una hija de Fred llamada Anna Marie. Durante este período, responsabilizan a Rena y Fred de la muerte del novio de Anna McFall que había sido degollado. Fred pierde su empleo. Consigue trabajo en un matadero y ahí desarrolla la obsesión morbosa por los cadáveres, sangre y desmembramiento.
El matrimonio de Rena y Fred era insostenible, Rena quería regresar con sus hijos a Glasgow, pero Fred no lo permitía, así que regresa sola a Escocia. Afligida sin sus hijos, en julio de 1966, retorna a Gloucester para encontrarse con su familia y convivir en un trailer. Rena informa al alguacil Constable Hazel Savage que su esposo es un pervertido sexual y que desea llevarse a su hijo. Coincidencialmente había ocho denuncias de agresiones sexuales en el área de Gloucester efectuadas por un hombre con la descripción de Fred. A principio de 1967, Anna McFall queda embarazada de Fred, e intenta sin éxito que Fred y Rena se divorcien. Fred responde con nerviosismo a las denuncias por los asesinatos y de enterrar los cadáveres cerca del trailer en un parque durante el mes de julio. No sólo efectúa el asesinato de su amante, también el de su hijo aún no nacido. Metódicamente desmembra su cadáver y lo entierra con su feto. Curiosamente, corta los dedos de los pies, que se pierden del sitio del entierro. Este ritual sería su firma en los crímenes del futuro.
Fred actúa muy nervioso después de la desaparición de McFall. Obliga a Rena a prostituirse y pronto empieza a abusar del joven Charmaine, hijo de Rena. En enero de 1968, la bella Mary Bastholm de 15 años de edad es raptada en una parada de autobús en Gloucester. Howard Sounes cree que Fred fue el responsable, poco tiempo después otra mujer desaparece en las mismas circunstancias. Había muchos enlaces entre Fred y Mary Bastholm: fue un cliente del café Pop-In (lugar de trabajo de Mary) y ella siempre lo atendía sirviéndole; Fred había sido empleado para hacer alguna construcción al café; Mary había sido vista con un hombre con la descripción de Fred. En febrero, la madre de Fred muere por complicaciones tras una operación de la vesícula biliar. En esta época Fred se dedica a robar y cambia de trabajos muy a menudo. El 29 noviembre de 1968, mientras trabajaba como conductor de entrega de una panadería, encuentra al amor de su vida: Rose Letts. Rosemary Letts nacida en 1953 en Devon, Inglaterra; su padre, Bill Letts, fue esquizofrénico, tirano violento que exigió obediencia incondicional a su familia, disfrutaba disciplinándolos y buscando razones para castigarlos. Su madre, Daisy Letts, sufría una profunda depresión. Su hijo Andrew recuerda: "Si nos acostábamos tarde, nos arrojaba agua fría, nos ordenaba cavar zanjas en todo el jardín e inspeccionaba como un oficial del ejército, si no le gustaba ordenaba hacer todo de nuevo. A nosotros nunca se nos permitió hablar o jugar como niños normales, nos hería pegándonos con un cinturón de cuero y un pedazo de madera, hasta ponernos la piel de color azul o negro...". Luego de tener sus hijos y hacer frente a su marido, la depresión de Daisy Letts se hace crónica y es hospitalizada en 1953, durante el período con las terapias de electrochoque nace su hija Rosmary, el efecto de estas terapias en el cerebro de su hija fue desconocido… hasta años después.
Rose creció y se convirtió en la favorita de su padre, siempre haciendo en el acto cualquier cosa que éste deseaba, sólo así recibió afecto paternal y escapó a los castigos. Por su falta de facultades mentales, Rose no fue una estudiante brillante, también, fue víctima de las bromas crueles -por su gordura- de sus compañeros, a quienes les pegaba con violencia cuando se burlaban de ella.
Por consiguiente, se hace famosa por su genio agresivo y solitario. En la adolescencia, Rose muestra signos sexualmente precoces, se la ve con frecuencia por los baños de los hombres y acosa sexualmente a su hermano menor por las noches en su casa. Su padre mantenía alejados a los chicos que se interesaban por ella. A principios de 1969, Daisy Letts, cansada de su marido lo golpea y abandona llevándose a sus hijos. Sin su padre vigilándola, Rose sale por las noches y gasta su tiempo tratando de seducir a hombres mayores. A mediados de 1969, Rose regresa con su padre, hecho que sorprendió a todo el mundo. En su ciudad corría el rumor de que Rose y su padre tenían relaciones sexuales, su padre tenía reputación de seducir a mujeres muy jóvenes, pero no había pruebas de los hechos. Así la vida de Rose va tomando un rumbo desgraciado, alumna de pésimo rendimiento, problemas con la justicia y baja autoestima. Su única meta era conseguir al mejor amante... entonces aparece en su vida Fred West.
Fred West llena las expectativas como novio para Rose, cuando su padre se entera de que Rose tiene relaciones sexuales con Fred, arma un gran escándalo en los Servicios Sociales y Fred es enviado a prisión, como resultado de esta relación Rose queda embarazada. Entretanto Fred es encarcelado varias veces por robo y Rose regresa a la casa de su padre con Charmaine y Anna Marie. En 1970, nace Heather. Con tres niños a su cargo y con su novio en constantes problemas con la justicia, Rose maltrata a sus hijos. Colin Wilson cree que Rose "simplemente perdió su estado de ánimo, demostrándolo con castigos violentos y estrangulamientos".
"Mientras Fred estaba en la cárcel, Charmaine el hijo del camionero asiático es asesinado, su cuerpo fue enterrado bajo el piso de la cocina de su casa en Midland Road, el cual fue descubierto 20 años después. Antes de ser enterrado se le cortaron los dedos y rótulas. Fred guardaría esta evidencia criminal contra Rose el resto de su vida. Rose invitaba con frecuencia a un indio de la región a su casa en Midland Road para tener sexo con él, Fred escondido y muy animado miraba por un agujero las relaciones sexuales de su esposa con el indio; no gustaba del sexo ordinario, le encantaba la flagelación, los vibradores, sadismo, lesbianismo y hacía fotos a Rose, las publicaba en revistas pornográficas. Cuando Rose asesina a Charmaine, se forma un problema para ambos y una oportunidad para Rena la primera esposa de Fred, ella buscaba con insistencia a Charmaine, entonces Fred decide asesinarla: es estrangulada, sus dedos cortados y su cuerpo desmembrado es enterrado en varias partes.
En junio de 1972, Rose tiene otro hijo con Fred llamado Mae West, se casan en enero en la Oficina de Registros de Gloucester. Fred y Rose necesitan una casa para levantar su creciente familia y también acomodar el negocio de prostitución de Rose, se instalan en el número 25 de Cromwell. La casa no era muy grande por fuera pero su interior era muy cómodo, con garaje y una bodega muy grande. Fred tenía planes para la bodega, acondicionarla para que Rose puediera atender a sus clientes y hacerla a prueba de ruidos para usarla como "sala de torturas". Su primer cliente fue su hija de ocho años Anna Marie, Fred y Rose la desnudan, la amordazan, le atan las manos atrás de la espalda y le dicen que es muy afortunada por tener que satisfacer a sus padres. Mientras Rose sujeta a la niña, su padre la viola. El trauma fue tan fuerte que no pudo ir a la escuela por varios días. La niña fue amenazada si decía algo acerca de la violación. Estas violaciones ocurrieron con frecuencia por parte de Fred con su hija Anna Marie.
A finales de 1972, Fred y Rose contratan una muchacha de 17 años llamada Caroline Owens como niñera y prometen a su familia que la cuidarían mientras trabaja con ellos. Caroline era muy atractiva, Rose y Fred competían para seducirla. Caroline no se siente a gusto con ellos y decide dejarlos, entonces es secuestrada y violada, Fred le dice: "Si no haces lo que quiero, te dejaré con mis amigos negros en la bodega, luego te degollaremos y enterraré tu cadáver. Atemorizada por la actitud de Fred guarda silencio. Cuando su madre mira los golpes en su cuerpo, logra que le cuente la verdad y llama a la policía. En la audiencia de enero de 1973, Fred con 30 años y Rose con 19 y embarazada de nuevo, engañan al juez alegando que Caroline no fue obligada a hacer nada contra su voluntad y a pesar de su ficha criminal, el juez no cree que Fred West sea capaz de causar violencia e impone una leve multa contra ellos y son puestos en libertad. Por la misma época, los West hacen amistad con una costurera llamada Lynda Gough. Ocasionalmente, Lynda se desplaza por la calle Cromwell para recoger a su hijo. Algo ocurre y Lynda es asesinada. Fred desmembra su cuerpo y es enterrado en su garaje. Siguiendo su ritual, corta los dedos y las rótulas. Cuando la familia de Lynda pregunta por ella, el matrimonio dice que estuvo con ellos, pero se marchó.
Un patrón de crímenes horrible fue surgiendo, mujeres jóvenes llegaban al 25 de Cromwell, bien como inquilinos, amigos o niñeras, pero poco a poco se fue descubriendo que esa casa era un monumento a la depravación de sus habitantes.
1973 fue un año para celebrar, los West quedan libres de culpa por el secuestro y violación de Caroline Owens y el asesinato de Lynda Gough, crímenes que la policía no tuvo muy en cuenta. Con ánimos de seguir cometiendo crímenes, en noviembre secuestran a Carol Ann Cooper de 15 años de edad, se divierten sexualmente con ella, luego siguen el ritual, la estrangulan, desmembran su cuerpo, le cortan los dedos, rótulas y la entierran, así van creciendo los muertos en la casa. Como un buen trabajador, Fred hace mejoras en su casa, agranda la bodega y hace una ampliación de la casa. Esas mejoras las hacía en horas poco usuales.
Tiempo después, Lucy Partington estudiante universitaria va a casa de su madre para festejar la navidad. El 27 de diciembre, Lucy va a visitar a un amigo discapacitado y coge un autobús alrededor de las 10 de la noche.; tuvo la desgracia de encontrarse con Fred y Rose, quienes la secuestran y asesinan. Carol Ann Cooper fue torturada durante una semana y luego asesinada, su cuerpo fue cortado y enterrado en los proyectos de construcción de Fred. Tanto Lucy como Carol, fueron reportadas como desaparecidas; con estos casos los West quedan involucrados en las desapariciones.
Entre abril de 1974 y abril de 1975, tres mujeres jóvenes: Therese Siegenthaler de 21 años, Shirley Hubbard de 15 y Juanita Mott de 18, sufren el mismo destino de Carol Ann Cooper y Lucy Partington. Son torturadas, sus cuerpos desmembrados y enterrados bajo el suelo del garaje de la casa de los West. La práctica de la esclavitud con sus víctimas fue el mayor placer de Fred y Rose. Algunas de ellas tenían toda su cabeza envuelta con cinta y un plástico introducido en su nariz para dificultarles la respiración, atadas como animales en el garaje de los West.
Los West, cubrían con cemento sus hábitos monstruosos. En 1976, los West seducen a una mujer joven en una casa de rehabilitación. En la calle Cromwell, la señorita A, fue testigo de cómo un grupo de jóvenes mujeres permanecían esclavas, violadas por Fred y agredidas por Rose. Según la señorita A, una de estas mujeres fue probablemente Anna Marie, hija de Fred, que fue la pareja sexual de su padre y con quien practicaba sexo con sadismo, además la obligaba a tener sexo con sus amigos. En 1977, la casa del horror de los West había sido remodelada para permitir un número mayor de clientes. Uno de ellos fue Shirley Robinson, de 18 años, una prostituta con tendencias bisexuales, mantuvo relaciones sexuales con Fred y Rose. Shirley queda embarazada de Fred, y Rose de un cliente negro. Mientras Fred estaba satisfecho que su esposa estuviera esperando un niño de un negro, Rose no estaba contenta con el embarazo de Shirley y temía que iba a quitarle a su marido, entonces planea algo para hacer desaparecer a Shirley.
En 1977 Rose tiene a Tara y tiempo después Shirley junto con su hijo pasa a acompañar a las demás mujeres muertas. El cadáver de Shirley y de su hijo fueron desmembrados y enterrados por Fred. En noviembre de 1978, Rose y Fred tienen otra hija, llamada Luise, la pareja ya tenía seis hijos en el extravagante y malsano ambiente hogareño. Fred también deja embarazada a su hija Anna Marie, pero se complica porque el embarazo se desarrolla en la trompa de Falopio y aborta de forma natural.
En mayo de 1979, el padre de Rose muere por una enfermedad en los pulmones. Varios meses después, los West asesinan y torturan a Alison Chambers, su cadáver, al igual que el de Shirley fue enterrado en el jardín de la casa. Su hija Anna Marie sabía todo lo que ocurría en casa, cuando dejó a su familia para irse a vivir con su novio, Fred centra sus acosos sexuales sobre sus otros dos hijos, Heather y Mae. Heather se resiste a sus intenciones y es castigada. En junio de 1980, Rose da a luz a Barry y en 1982 tiene a Rosemary que no era hija de Fred.
En 1983 trae al mundo a Lucyana producto de una relación con un negro, con Tara eran ya dos hijas producto de relaciones con negros. Rose cada día se vuelve más irracional y comienza a golpear a los niños sin motivo alguno. Los West continuaron con sus secuestros, violaciones y asesinatos, el cementerio debajo de su casa seguía creciendo. En 1986, la pared de silencio que protegía a los West fue quebrada. Heather cuenta a su novio todos los maltratos que había recibido de sus padres, el novio cuenta a su familia y amigos que sus vidas corrían peligro. Fred asesina a Heather y su cuerpo es enterrado en el jardín de la casa de los West.
El negocio con la prostitución de Rose estaba muy bien y lo anunciaba en revistas especializadas, el anuncio tenía como fin mirar candidatas, así como también usarlas como prostitutas en el negocio de Rose. Una mujer, Katherine Halliday, se presenta a trabajar y de inmediato es torturada, vestida con trajes negros de cuero, es azotada y la encadenan, Katherine alarmada por la actitud de sus patrones abandona el lugar. La casa de terror de los West pronto se vendría abajo, el novio de una de las mujeres cuenta todo a la policía, el caso fue asignado al mejor policía, Hazel Savage, conocía a Fred por las denuncias de perversión sexual que había hecho Rena, ex esposa de Fred.
El 6 de agosto de 1992, la policía llega al 25 de la calle Cromwell para buscar evidencias. Encuentran montañas de revistas pornográficas, Rose es arrestada acusada como cómplice en el secuestro de un menor y Fred por secuestro y sodomía. Hazel Savage investiga e interroga a los amigos y familiares de los West; cuando interroga a Anna Marie, ésta se conmociona y cuenta todos los abusos de sus padres, también cuenta lo de Charmaine, cuyo caso conocía Savage por Rena. Savage tenía pruebas para acusar a Fred por abusar de un niño, pero necesitaba investigar y hallar pruebas contundentes por las desapariciones de Charmaine, Rena y Heather, la policía no podía creer que sus desapariciones no dejaran rastros. El hijo menor de Rose fue puesto en custodia por el gobierno.
Con Fred en la cárcel y la policía atando cabos, Rose toma una sobredosis de pastillas. Fred en la prisión se sentía asombrado y apenado por los actos que había cometido, dos testigos fundamentales no declararon contra los West, pero en la cabeza de Savage daba vueltas la desaparición de Heather. Tiempo después llega a oídos de la policía que Heather estaba enterrada debajo de la casa, se interroga a los hijos de los West, pero Fred los había amenazado para que guardaran silencio, de lo contrario serían enterrados junto a Heather. Finalmente, el detective John Bennett se encarga del caso y obtiene la autorización para buscar en la casa de la calle Cromwell y en todo el vecindario. Fred en la indagación ya había confesado la muerte de su hija y sus restos fueron encontrados enterrados en el jardín, Rose informa que el día de la desaparición no se encontraba en casa y que desconocía la muerte de Heather. Fred fue puesto en libertad temporalmente con vigilancia de la policía para que indicara el lugar donde se hallaba enterrado el cadáver de Heather.
Finalmente la policía encuentra los restos de una mujer joven, desmembrada y decapitada, la investigación se amplía a la desaparición de Shirley Robinson. Para proteger a Rose, Fred declara que él solo cometió los asesinatos de Heather, Shirley Robinson y el de una mujer aún sin identificar. Además, la investigación fue abierta por la desaparición de Rena y Charmaine. Por alguna razón, Fred confesó que los cadáveres estaban enterrados en su bodega y admite el asesinato de las mujeres, pero no el secuestro, porque fueron ellas quienes lo buscaron para tener sexo con él.
Identificar los nombres de los cadáveres no fue tarea fácil, nueve cadáveres fueron descubiertos en la bodega, Fred no fue de mucha ayuda porque no recordaba nombres ni detalles de su gran cantidad de víctimas. Como Fred protegía a su esposa, ella quería hacerse pasar como víctima de un esposo sádico y peligroso, pero no convenció a la policía. Los cuerpos de Rena, Anna McFall y Charmaine fueron encontrados con la ayuda de Fred. Sobre el caso Mary Bastholm, Fred decidió no cooperar y su cuerpo nunca fue encontrado.
El 13 de diciembre de 1994, Fred es acusado de doce asesinatos y escribió a Rose: "Nosotros siempre estaremos juntos por amor. Tú siempre serás la señora West para todo el mundo, que es lo más importante para mí", justo antes del mediodía en la prisión de Birmingham, fue descubierto por los guardias tratando de suicidarse. A pesar de las pocas evidencias, el 3 de octubre de 1995, Rose es llamada a juicio, testigos como Caroline Owens, la señorita A y Anna Marie, declaran del sadismo sexual de Rose contra las jóvenes mujeres. El objetivo del proceso, dirigido por Brian Leveson, era encontrar evidencias circunstanciales contra Rose. La defensa, dirigida por Richard Ferguson, intentaba mostrar evidencias por sadismo sexual, pero no de asesinatos, y que Rose desconocía los asesinatos y entierros de Fred.
Ferguson trató de demostrar que Rose no debía estar vinculada al caso; durante su defensa cometió graves errores y hasta en ocasiones se tornaba furioso. Finalmente, la defensa aseguraba que Fred West cometía los asesinatos cuando Rose no se encontraba en casa. Desafortunadamente para Rose, Fred fue mostrado como un mentiroso y que sus declaraciones no serían tomadas en cuenta. La declaración más dramática fue dada por Janet Leach, quien fue llamada como "testigo clave" en el caso de Fred West. Privadamente, Fred decía que su esposa había participado en los asesinatos de Charmaine y Shirley Robinson, pero había negociado con su esposa para declarar a las autoridades que sólo él había participado. Se encuentran evidencias de la participación de Rose en los crímenes y son condenados a varias cadenas perpetuas.

martes, 29 de julio de 2008

Robert Pickton - El asesino macabro

El asesinato más macabro de Canadá. Un asesino en serie canadiense, juzgado por la muerte de 26 mujeres, reconoce haber matado a 49Robert William Pickton cometió los asesinatos durante la década de los 90. El propio acusado reconoció que merecía la pena capital.

El ganadero acusado por la justicia canadiense del asesinato de 26 mujeres en el estado de Columbia Británica reconoció ante sus abogados y ante un policía de incógnito que había asesinado 49 mujeres en total, y no sólo el total de víctimas del que es acusado, siendo detenido por la Policía antes de lograr su objetivo de asesinar 50.

Robert William Pickton, de 56 años de edad, fue acusado de la muerte de 26 mujeres, en su mayoría prostitutas y drogadictas.
Los asesinatos fueron cometidos durante la pasada década de los noventa principalmente en la zona más deprimida de la ciudad de Vancouver en la zona Oeste del país en el estado de Columbia Británica.
Según confesó el acusado, los descuidos favorecieron su detención por parte de la Policía y reconoció al tribunal que lo juzga su culpabilidad, asegurando él mismo que merecía ser condenado a la pena capital, algo que no logrará ya que Canadá abolió la pena de muerte hace treinta años, aunque con toda probabilidad sea condenado a cadena perpetua.
De probarse este sería el caso más macabro vivido en Canadá y hasta el momento.
Pickton sólo ha hecho frente a seis de los 26 casos que se le imputan, declarándose en los seis no culpable.
Los otros veinte cargos de asesinato en primer grado serán presentados ante la justicia posteriormente.
Las víctimas forman parte de cerca de 60 mujeres, prostitutas y drogadictas, que desaparecieron en un lapso de 20 años.
La parte acusadora sostiene que Pickton confesó que asesinó a 49 personas.
La primera semana del proceso del presunto peor asesino de la historia de Canadá termina el jueves con el fin de la difusión de la larga grabación de video en la cual el ex criador de puercos es acusado de haber dado de comer a sus cerdos a las mujeres que mataba.
Durante tres días, el jurado vio la grabación de un interrogatorio de 11 horas realizado justo después de la detención de Pickton, de 57 años. El presunto peor asesino de la historia canadiense pasa en la cinta de verse relajado a abatido, ante las acusaciones que se le imputan, negando hasta ahora haber matado a alguien.
En el interrogatorio, un policía le hace escuchar el testimonio de un conocido, Andy Bell, afirmando que mataba a mujeres, las desangraba y se las daba de comer a sus cerdos.
Otro conocido de Pickton afirmó que éste le había dicho que un modo de matar a los drogadictos era inyectarles en las venas líquido anticongelante para limpiaparabrisas de automóviles.

lunes, 28 de julio de 2008

Anatoli Onoprienko - La Bestia de Zhitomir

ANATOLI ONOPRIENKO, más conocida como "La Bestia de Zhitomir" dijo las siguientes palabras: "No hay mejor asesino en el mundo que yo.No me arrepiento de nada, y, si pudiera,sin duda volvería a hacerlo..."

El lunes 23 de noviembre de 1998, se iniciaba en la ciudad de Zhitomir (ex Unión Soviética), el juicio de un ucraniano acusado de haber asesinado a 52 personas, ante la celosa mirada de un público enloquecido que reclamaba la cabeza del acusado. Su calma contrastaba con la emoción de todos los presentes en la sala, en su mayoría jóvenes.

Después de confesar en una declaración entregada a la prensa por su abogado antes de la apertura del juicio, que no se arrepentía de ninguno de los crímenes que había cometido, Anatoli Onoprienko respondía dócilmente a las preguntas del juez; reconoció haber asesinado a 42 adultos y 10 niños, entre 1989 y 1996.
La parte acusadora ha pedido la pena de muerte, cuyo mantenimiento apoyan tres de cada cuatro ucranianos, según las encuestas, pero el verdadero problema en este complicado juicio, es impedir que el público linche al acusado. Complicado por su envergadura y duración (más de 400 testigos y por lo menos tres meses de declaraciones por delante), por sus gastos, pero también por la tensión que se respira entre los familiares de las víctimas, obligados a pasar cada día por un arco detector de metales, algo no tan corriente en ese país, mientras el acusado, encerrado en una jaula metálica, está prudentemente separado de la ira del público...
Las autoridades le describen como el asesino más terrible de la historia en Ucrania y de la antigua Unión Soviética, mientras que las familias de las numerosas víctimas lo califican de "animal", "ser monstruoso" y "bestia demoníaca".
Los hechos se producían entre octubre de 1995 y marzo de 1996. En aquellos seis meses, la región de Zhitomir vivió aterrorizada por una serie de 43 asesinatos que Onoprienko había ido sembrando. La Nochebuena de 1995 se produjo el ataque a la aislada vivienda de la familia Zaichenko. El padre, la madre y dos niños muertos y la casa incendiada para no dejar huellas fue el precio de un absurdo botín formado por un par de alianzas, un crucifijo de oro con cadena y dos pares de pendientes. Seis días después, la escena se repetía con otra familia de cuatro miembros. Víctimas de Onoprienko aparecieron también durante aquellos seis meses en las regiones de Odesa, Lvov y Dniepropetrovsk.
Estas matanzas incitaron a la segunda investigación delictiva más grande y complicada en la historia ucraniana (la primera había sido la de su compatriota Chikatilo). El gobierno ucraniano envió una buena parte de la Guardia Nacional con la misión de velar por la seguridad de los ciudadanos y, como si el despliegue de una división militar entera para combatir a un solo asesino no fuera bastante, más de 2000 investigadores de las policías federal y local. Los policías empezaron a buscar a un personaje itinerante y elaboraron una lista en la que figuraba un hombre que viajaba frecuentemente por el sudoeste de Ucrania para visitar a su novia.
Con la policía tras su pista, Onoprienko puso tierra de por medio en 1989 y abandonó el país ilegalmente para recorrer Austria, Francia, Grecia y Alemania, en dónde estaría seis meses arrestado por robo y luego sería expulsado.
De regreso a Ucrania sumó a los nueve otros 43 asesinatos, y poco después, ante las pruebas encontradas por los agentes en los apartamentos de su novia y su hermano (una pistola robada y 122 objetos pertenecientes a las víctimas), hallaron una razón para arrestarlo. Cuando la policía le pidió los documentos en la puerta de su casa, Onoprienko no les quiso facilitar la tarea, e hizo un esfuerzo vano por conseguir un arma y defenderse. Cuando los policías por fin lo detuvieron, Onoprienko se sentó silenciosamente cruzando los brazos y les dijo sonriendo: "Yo hablaré con un general, pero no con ustedes". Aun así, no le quedó más remedio que confesar sus crímenes y dejar que aquellos le arrestasen.
En su declaración al juez, aparecerían otros nueve cadáveres cosechados a partir de 1989 en compañía de un cómplice, Sergei Rogozin, (quien también comparecería en el juicio).
Anatoli Onoprienko siguió los pasos del legendario Andrei Chikatilo. Ambos mataron al mismo número de víctimas, pero son muy diferentes. Chikatilo, ejecutado en 1994, era un maniaco sexual. Sólo mataba mujeres y niños, cuyos cuerpos violaba y mutilaba. A veces se comía las vísceras. Nada de esto aparece en el expediente de Onoprienko, un ladrón que mataba para robar, con inusitada brutalidad y ligereza, pero sin las escenas del maniaco sexual. Onoprienko supera a Chikatilo por el corto periodo en que realizó su matanza: seis meses frente a doce años.
Cuando ejecutaba a sus víctimas, el asesino seguía un mismo ritual: elegía casas aisladas, mataba a los hombres con un arma de fuego y a las mujeres y a los niños con un cuchillo, un hacha o un martillo. No perdonaba a nadie, después de sus asesinatos cortaba los dedos de sus víctimas para sacarles los anillos, o a veces quemaba las casas. Incluso mató en su cuna a un bebé de tres meses, asfixiándolo con una almohada.
Onoprienko, de 39 años, estatura media, aspecto de deportista, racional, educado, elocuente, dotado de una excelente memoria y desprovisto de piedad. Soltero, padre de un niño, reconoció haber tenido una infancia muy difícil: su madre había muerto cuando él tenía 4 años, y su padre y su hermano mayor lo habían abandonado en un orfanato. De adulto, para ganarse la vida, se había embarcado como marino y había sido bombero en la ciudad de Dneprorudnoye (dónde su ficha laboral le describe como un hombre "duro, pero justo"). Luego había emigrado al extranjero para trabajar de obrero durante ese tiempo, pero confesó que su fuente primaria de ingreso era criminal: los robos y asaltos.
El peritaje médico lo ha calificado como perfectamente cuerdo que puede y debe asumir las consecuencias de sus actos. El mismo se define como un "ladrón" que mataba para robar: "Mataba para eliminar a todos los testigos de mis robos"
Por este motivo puede ser condenado a la pena capital por crímenes premeditados con circunstancias agravantes. El presidente ucraniano, Leonid Kuchma, dijo que dará explicaciones al Consejo de Europa para violar en este caso la moratoria de ejecución de la pena de muerte que su país mantiene desde marzo de 1997. Gracias al convenio con el Consejo de Europa, 81 penas de muerte dictadas últimamente en Ucrania no se han ejecutado. La declaración del presidente Kuchma anuncia que se va a hacer una excepción con Onoprienko.
En un momento determinado de la investigación, el acusado afirmó que oía una serie de voces en su cabeza de unos "dioses extraterrestres" que lo habían escogido por considerarlo "de nivel superior" y le habían ordenado llevar a cabo los crímenes. También aseguró que poseía poderes hipnóticos y que podía comunicarse con los animales a través de la telepatía, además de poder detener el corazón con la mente a través de unos ejercicios de yoga.
¿Enfermo mental o maniaco homicida? lo primero podría declararlo imputable, y lo segundo, condenarlo a la pena capital... el juicio, actualmente en curso, parece seriamente complicado.
Los psiquiatras, sin embargo, han diagnosticado que el hombre está perfectamente "cuerdo" y la mayoría quiere que pague por los homicidios. El mismo Onoprienko resumía así la filosofía de su carnicería: "Era muy sencillo, los veía de la misma forma en que una bestia contempla a los corderos".

viernes, 25 de julio de 2008

Lizzie Borden

Tal y como dice la cancioncilla infantil… Lizzie Borden cogió un hacha y le dio cuarenta hachazos a su madre. Cuando vio lo que había hechole dio cuarenta y uno a su padre.
El 4 de agosto de 1892, un rico e influyente hombre de negocios y su esposa fueron salvajemente asesinados en su hogar de Massachuttes, Estados Unidos. El crimen causó una gran conmoción, sobre todo cuando la principal sospechosa resultó ser la propia hija. Es sin duda una de las más conocidas asesinas de la historia, sin duda por lo violento que resultaron los crímenes y el inquietante juicio que se llevó a cabo.
Tanto a Lizzie Borden como su hermana Emma les resultaba insoportable la presencia de la mujer que se había casado con su padre tras la muerte de su madre, hasta tal punto que a menudo comían en sus habitaciones sin acompañar a sus padres en la mesa. Y cuanto más tiempo pasaba, más resentidas se mostraban.
El 4 de agosto de 1892, Emma se había ido a casa de una amiga, y sólo Lizzie bajó a reunirse con la criada, quién estaba preparando café. Alrededor de las 11 de la mañana la mayor de las Borden descubrió el cadáver de su padre, quien había recibido once hachazos en el cráneo mientras dormía en el sofá. La criada la oyó gritar: "¡Bridget, rápido, baja! ¡Padre está muerto! ¡Alguien ha entrado y lo ha matado! Deben haberlo hecho mientras yo estaba en el establo...
Cuando llegó el médico forense, subieron para avisar a la madrastra, y una vez arriba, descubrieron que ésta también había muerto, con veintiún hachazos en la cabeza. El cadáver, medio oculto tras la cama, estaba ya frío y con la sangre coagulada. Era obvio que había muerto antes que el señor Borden. En el sótano del piso la policía descubrió cuatro hachas y una azada, esta última cubierta por ceniza de carbón recién aplicada.
Dos días después se celebró el funeral y los cadáveres fueron incinerados exceptuando las cabezas, que fueron conservadas para seguir la investigación policial. La criada, ante el temor de que un loco asesino con un hacha anduviese suelto, se fue a dormir los días siguientes a casa de una vecina.
La puerta principal estaba cerrada con llave y la casa estaba rodeada por una alta cerca de alambre de espino, por lo que los únicos sospechosos eran las cuatro personas que vivían en la casa.
Como dos de ellos no se encontraban en el lugar en el momento del crimen, solo quedaban como posibles asesinas Lizzie Borden, la hija mayor de cuarenta años, y Bridget Sullivan, la criada. Aunque Lizzie aseguró haber oído un gemido mientras se encontraba en el exterior de la casa y que el intruso había tenido que entrar por la cocina mientras estaba el establo, nadie pudo confirmarlo.
El doble asesinato conmocionó la pequeña y próspera ciudad de Falls Rivers, Massachusetts, y en la prensa se publicó un anuncio ofreciendo 5.000 dólares a quién proporcionase información sobre el asesino. Las sospechas de la policía recaían gravemente sobre Lizzie, y fue detenida el 11 de agosto aunque ésta se declarase no culpable.
El 25 de agosto, tras la audiencia preliminar, el juez la dejó en libertad sin fianza hasta su presentación al Gran Jurado en noviembre. Tras la detención, la prensa la pintó como una heroína y mártir. Todos creían en su inocencia.
Un año después, en el juicio, el público la saludó y vitoreó. Se había convertido en un ídolo. De todos lados le llegaban felicitaciones, y era la estrella de las portadas de los periódicos. Hasta la Iglesia estaba a su favor.
Si bien todas las pruebas apuntaban hacia Lizzie, y 21 de los miembros del jurado votaron a favor de acusarla de asesina, pero el tribunal estuvo presionado por el pueblo, que la consideraba inocente. El juicio fue el mayor acontecimiento de los medios de comunicación de la época. Se creó un enorme movimiento no sólo por los periódicos, sino también por las organizaciones religiosas, grupos femeninos, etc.
Ella era la única persona que había podido matar a sus padres. Tras salvarse de la pena de muerte, aprovechó los 250.000 dólares de la propiedad de su padre para comprar otra gran mansión en la que pasaría sus 34 años restantes.
Además, Lizzie tenía dos motivos, por un lado el dinero del padre, un hombre de mal carácter, estricto y avaro (tan estricto y sumamente protector, que las puertas interiores de la casa siempre estaban cerradas con pestillo y el señor Borden tenía a Lizzie como una niña pequeña. A sus cuarenta años, le estaba prohibido salir de casa para hablar con extraños), y por otro el rechazo hacia su madrastra, que al parecer era una mujer hipocondríaca muy posesiva y que no había acabado de encajar en aquel hogar.
Consideraba el amor de su padre hacia su madrastra como una amenaza directa para la futura herencia de la riqueza familiar en perjuicio de su hermana y ella misma. Al matar a su padre y a su madrastra, despejaba el camino de la herencia, que de este modo no tendrían que compartir con un elemento "extraño" de la familia. Si en verdad los asesinó, seguramente fue por conseguir lo que consideraba sus bienes y derechos.
De todos modos no prestó testimonio ante el juez, quien tampoco aceptó el testimonio de un vendedor que afirmó el doble intento de Lizzie por comprarle ácido prúsico, pues la acusada alegó que lo utilizaba como antipolillas. La defensa se aferró a la ausencia de sangre en sus ropas, sin darse cuenta que la mujer pudo haber cambiado de ropas entre que los mató y "descubrió" los cadáveres. Tampoco tuvieron en cuenta el testimonio de la criada afirmando que el domingo posterior a los crímenes, Lizzie estuvo quemando un vestido nuevo que estaba manchado "con pintura", "para ordenar un poco el guardarropa", según ella misma.
Tampoco era cierto que en el momento de los hechos, Lizzie estuviese en los establos, pues el calor que solía hacer allí dentro no se soportaba muchos minutos, ni tampoco había polvo de pisadas en los tablones. Y por último, los periódicos informaron, poco antes del juicio, que se había hallado otro cadáver en Falls River, muerto de manera idéntica a los otros dos...
A pesar de todo eso, curiosamente la mujer fue absuelta. En Massachusetts todavía reinaban prejuicios contra la ejecución de mujeres, desde que se había ahorcado, años antes, a una joven que resultó estar embarazada de cinco meses.
Cuando el portavoz del jurado pronunció el veredicto de "inocente", el público de la sala comenzó a aplaudir y a felicitar a la mujer, quién rompió a llorar pidiendo que se la llevara a casa.

jueves, 24 de julio de 2008

El estrangulador de Boston - Albert de Salvo

Albert de Salvo, más conocido como El estrangulador de Boston. Entre el 14 de junio de 1962 y el 4 de enero de 1964, se cometieron trece asesinatos por estrangulamiento en la ciudad de Boston. Las víctimas, todas mujeres, casi siempre mostraban haber sido violadas reiteradamente. Seis de entre ellas tenían entre 55 y 75 años. Las otras cinco tenían entre 19 y 23. Además, existen otras dos víctimas de 85 y 69 años de edad, pero no se ha podido demostrar que haya sido el mismo asesino.

La primera de una larga serie de víctimas sería Anna Slesers, de 55 años. Fue hallada por su hijo, estrangulada con el cordón de su bata. Su vagina mostraba evidencias de un ataque sexual con un objeto desconocido. Su apartamento mostraba indicios de haber sido saqueado... o más bien como si el agresor se hubiese esforzado en hacer que la escena pareciese de un robo...

A las dos semanas fue asesinada Nina Nichols, de 68 años. La mujer había sido estrangulada con sus medias y tenía síntomas de haber sido asaltada sexualmente. El lugar del crimen presentaba un aspecto similar al de la primera víctima: cada cajón estaba revuelto y todas las cosas esparcidas por el suelo a modo de robo, pero la Policía encontró varios dólares y algunos objetos de valor en el suelo, que el "ladrón" no se había molestado en llevar. Ese muy mismo día, a unas quince millas, Helen Blake, de 65 años, encontró una muerte similar. Su apartamento también había sido "saqueado".
La policía hizo sonar la alarma advirtiendo a todas las mujeres en el área de Boston a cerrar con llave todas sus puertas y ser extremadamente cautas con los extraños, mientras se daba comienzo a una dura investigación.
Los detectives bostonianos comenzaron a interrogar a todos los hombres con antecedentes en el ámbito sexual: exhibicionistas, violadores, agresores, mirones...
Lo que buscaban era una persona con trastornos mentales, posiblemente con un complejo de Edipo o que odiase a su madre (o a su mujer), y que por sus agresiones a hembras de edad considerada tratase de borrar la imagen de esa madre temida.
Mientras la investigación se llevaba a cabo, siguieron apareciendo más cadáveres, todos ellos extrangulados y con salvajes muestras de violación. Pero no todas las víctimas eran mujeres blancas de edad avanzada. Las siguientes víctimas eran estudiantes de 20 y 30 años, entre las cuales también se hallaba una chica de color. En esta ocasión, el asesino dejó restos de semen en una alfombra cerca del cuerpo, y una vecina afirmó haber visto un hombre extraño en el edificio, que describió así: de unos 30 años, estatura media, pelo ondulado, chaqueta oscura y pantalón verde oscuro de trabajo.
No mucho después, la policía encontró un nuevo cadáver con 22 puñaladas, además del estrangulamiento típico, pero no mostraba signos de violación. El cuchillo de la agresión fue hallado en la cocina.
Los meses pasaban y la policía de Boston comenzaba a desesperarse. El asesino no dejaba pistas considerables para poder atraparle, y las mujeres seguían abriendo las puertas de sus casas a desconocidos a pesar de las advertencias de los agentes.
El Fiscal General de Boston (USA), incluso acudió a Peter Hurkos, un sensitivo con capacidades de videncia, en 1961, para pedir su colaboración en la búsqueda del estrangulador de Boston. Para cuando Hurkos se unió a la policía, "el estrangulador" ya se había cobrado 11 de sus 13 víctimas.
La policía entregó al "detective psíquico" las medias y pañuelos –con doble nudo- que "El estrangulador" utilizaba para asesinar a sus víctimas, con los que llegaba a acostarse toda la noche para "impregnarse de su energía". Además facilitaron a Hurkos más de 300 fotografias de las víctimas y el lugar de los crímenes. En honor a la verdad debemos reconocer que Hurkos consiguió sorprender a los agentes, al facilitar datos concretos sobre algunos de los crímenes, que no se habían filtrado a la prensa ni –teóricamente- Hurkos podía conocer. De hecho Hurkos tocaba las fotografías por el reverso, y era capaz de describir las escenas que recogían sin verlas. Más aún, llegó a identificar una foto que no tenía relación con el caso, y que la policía había colocado entre las demás para sondear la autenticidad o falsedad de sus poderes. Así que, tras ganarse la confianza de los investigadores, no les faltó tiempo para proceder a una detención cuando el vidente apuntó a un fetichista, Thomas O´Brian, como el presunto homicida múltiple... No deja de ser interesante, desde el punto de vista criminológico, que la policía se decida a ejecutar una detención basada en el testimonio de un vidente... Esto es relativamente compresible si analizamos en detalle el informe de Hurkos sobre O`Brian (en realidad un nombre falso facilitado por la policía para proteger la identidad del detenido).
Es cierto que los datos aportados por Hurkos sobre Thomas O´Brian resultaron absolutamente precisos. Lamentablemente no se trataba del asesino. Al menos no para la policía de Boston. Un día, una mujer dio la alertó a la policía que patrullaba por una de las calles bostonianas.
Un hombre acababa de entrar en su casa y al ver que su marido también se encontraba allí, había huído corriendo. La descripción coincidía con el hombre que buscaban, y al poco tiempo Albert DeSalvo, El Estrangulador de Boston, fue detenido.
DeSalvo era un hombre de 29 años, casado, con dos hijos y trabajaba como empleado en una fábrica de caucho. Nació en Chelsea, Massachusetts, el 3 de septiembre de 1931. Sus padres, Frank y Charlotte tenían cinco otros niños. Su padre era un hombre gravemente abusivo que regularmente pegó a su esposa y niños. Pronto Albert se convirtió en un pequeño delincuente, y fu arrestado más de una vez.
Su madre volvió a casarse y prefirió dejar al joven delincuente de lado para no tener problemas en su nueva relación. Cuando estuvo en edad, Albert se alistó en el ejército, y en Alemania conoció a su esposa, Irmgard Beck, una mujer atractiva de una familia respetable.
Cuando tuvieron su primer hijo, la mujer tuvo tantos problemas en el parto que le aterraban las relaciones sexuales, cosa que enojaba a DeSalvo, cuyo apetito sexual era anormalmente voraz y solicitaba sexo muchas veces al día (algunos días incluso 5 o 6 veces).
Confesó que no recordaba haber cometido ningún crimen, que sólo recordaba como iba a trabajar y volvía rápidamente a casa para jugar con sus hijos antes de que fueran a dormir. Además, se sentía muy disgustado por los crímenes que le contaba la policía.
Un psiquiatra que colaboraba con la policía, James A. Brussels, llegó a hablar de personalidad múltiple, para luego determinar que era muy extraño que DeSalvo, si tenía personalidad múltiple no las mostrase en el curso de los exámenes psiquiátricos. Concluyó que en su caso, la causa de perturbación que le llevaba a olvidar lo que había hecho anteriormente era sin duda debido a una esquizofrenia. No un desdoblamiento, pero sí una ruptura de la personalidad. DeSalvo fue considerado demente, pero fue condenado a cadena perpetua en 1966. En el psiquiátrico penitenciario murió apuñalado por un compañero de celda en 1973.

miércoles, 23 de julio de 2008

Luis Alfredo Garavito Cubillos - La Bestia

Luis Alfredo Garavito Cubillos, LA BESTIA, el 30 de octubre de 1999, confesó haber matado a 142 niños de los cuales sólo se han encontrado los restos de 114. Los cadáveres mutilados de las víctimas se descubrieron en una zona de 60 poblaciones de unas 11 provincias colombianas. La mayoría de los cuerpos fueron decapitados, apuñalados, atados y violados brutalmente.

Luis Alfredo Garavito nació en Génova, Quindío, el 25 de enero de 1957. Es el mayor de siete hermanos y durante su infancia vivió la falta de afecto y el maltrato físico por parte de su padre. Según su testimonio fue víctima de abuso sexual. A sus 44 años, fue declarado por los investigadores y jueces como un asesino en serie. Hace dos años cuando fue capturado confesó ser el autor de la muerte de 140 niños en distintas regiones del país, pero a la fecha la Fiscalía lo investiga por el homicidio de 172 niños en su paso por 59 municipios del país.
En repetidas ocasiones, Garavito Cubillos se hacía pasar por vendedor ambulante, monje, indigente, discapacitado y representante de fundaciones ficticias en favor de niños y ancianos era conocido también como “Alfredo Salazar”, “El Loco”, “Tribilín”, “Conflicto” y “El Cura”.
Las víctimas de Garavito eran niños entre los 6 y los 16 años, de bajo estrato económico. Los abordaba en los parques infantiles, canchas deportivas, terminales de buses, plazas de mercado y barrios pobres. Según lo establecido les ofrecía dinero y los invitaba a caminar hasta cuando los menores se cansaban y eran atacados en sitios despoblados.
De acuerdo con la investigación, en esos lugares los cuerpos sin vida de los menores fueron encontrados degollados, mutilados y con señales de haber sido amarrados. En las residencias de su compañera y de una amiga en Pereira se encontraron objetos similares a los hallados en los sitios de los crímenes y publicaciones periodísticas en las cuales se reseñaba el estado de las investigaciones por desapariciones y homicidios de niños en el país.
El 24 de junio de 1998 los cuerpos de tres niños de 9, 12 y 13 años fueron hallados sin vida en la finca La Merced, en Génova (Quindío), con evidentes signos de tortura y desmembración de algunas de sus extremidades. Los menores fueron vistos por última vez cinco días antes en el parque central del municipio en compañía de un adulto, quien al parecer les ofreció dos mil pesos a cada uno para que le ayudaran a buscar una res en fincas cercanas a Génova.
En un comienzo se orientó la investigación hacia la prostitución infantil, el satanismo, el tráfico de órganos y pedofilia. Con base en un cruce de información entre el CTI de Tunja, Armenia y Pereira se logró establecer que los casos de desaparición de menores en esas ciudades guardaban similitud, ante lo que se conformó un álbum con 25 fotografías de posibles sospechosos.
Mediante el cruce de información entre los diferentes equipos investigativos, se estableció que una de las fotografías del álbum con el nombre de Bonifacio Morera Lizcano correspondía a Luis Alfredo Garavito Cubillos, persona sobre quien pesaba una orden de captura de la Fiscalía 17 Especializada de Tunja por el homicidio de un niño de 12 años de edad.
El 22 de abril de 1999, miembros del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía capturaron en Villavicencio a Luis Alfredo Garavito Cubillos, en momentos que intentaba agredir sexualmente a un menor. Su plena identificación se logró mediante cotejo dactiloscópico.
Gracias a las pruebas recogidas por la Fiscalía y a su propia confesión, Garavito Cubillos resultó ser el responsable no sólo de la muerte del menor de Tunja sino también del homicidio de los tres niños de Génova y de otros 172 crímenes cometidos contra menores en 11 departamentos del país, entre 1992 y 1998.
De los 172 casos judicializados, 138 tienen fallo condenatorio, 32 están en instrucción, uno en apelación y uno está para sentencia. Las condenas suman 1.853 años y nueve días.Con este caso, la Fiscalía General de la Nación sentó un precedente en el campo de la investigación criminal con la individualización y condena a quien organismos judiciales internacionales consideran el segundo homicida en serie del mundo.

martes, 22 de julio de 2008

David Berkowitz - El Asesino del Calibre 44

El Asesino del Calibre 44 llamado David Berkowitz, el Hijo de Sam. David nació el 1 de junio de 1953, fue un hijo no deseado de Betty Broder, quien lo abandonó, y fue adoptado por Nat y Pearl Berkowitz. Era un niño tímido y con baja autoestima que trataba de proyectar una apariencia autosuficiente, mintiendo y causando problemas. Su comportamiento alternaba momentos de extrema timidez, complejo de inferioridad y fuertes depresiones con arrebatos de ira y violencia desmesurada.

Su madre adoptiva murió en 1967 cuando el tenía 14 años, fue lo peor que le pudo pasar. Al no tener suerte con las mujeres, fue alimentando su odio contra ellas, además del recuerdo de su verdadera madre y lo que hizo con él confirmaba este odio. La mente de Berkowitz no pudo asimilar tanta soledad y en su adolescencia comenzaron sus desdoblamientos (doble personalidad).

"Mis padres estaban constantemente preocupados por mi comportamiento extraño. Sabían que yo vivía en un mundo imaginario y no podían hacer nada contra los demonios que me atormentaban y controlaban mi mente..." Berkowitz, también conocido como "El Asesino del Calibre 44", no puede presumir de haber tenido una vida sencilla.
El hecho que sus verdaderos padres lo abandonasen siendo éste muy pequeño y su carácter difícil, le inducirían a una adolescencia traumática y doble personalidad. Su comportamiento alternaba momentos de extrema timidez, complejo de inferioridad y fuertes depresiones con arrebatos de ira y violencia desmesurada.
Queriendo mejorar su autoestima y al mismo tiempo vengarse de una sociedad en la que no terminaba de encajar, se compra un revólver. Con sólo veintitrés años, comienza una serie de crímenes que aterrarían durante un año la ciudad de Nueva York, matando a seis personas e hiriendo a otras siete entre 1976 y 1977. El joven Berkowitz dispara con su calibre 44 indistintamente a cualquier persona que se cruce en su camino, sin importarle sexo o edad.
A medida que pasa el tiempo, va ganando una estremecedora seguridad en sí mismo que lo transforma en un personaje frío y sin escrúpulos, a la vez que negligente a la hora de llevar a cabo sus crímenes. Su afán de protagonismo es tal, que termina por dejar una nota para la policía en el lugar de un crimen, asegurando que mata a sus víctimas por orden de su padre "Sam", y firmando de la siguiente manera: "Soy un monstruo. Soy el hijo de Sam... adoro la caza.
"También envía una siniestra carta a un periodista del "New York Daily News", agradeciéndole el interés que mostraba por los crímenes del asesino del calibre 44 y prometiendo a éste que seguiría teniendo noticias suyas, pues "Sam el Terrible", cada vez más sediento de sangre, no dejaría de matar hasta que se saciase por completo.
Un año después, en julio de 1977 un testigo logra identificarlo cuando Berkowitz trataba de huir del escenario de un crimen después de haber disparado contra una pareja de jóvenes, y un mes después es arrestado.
Trata de alegar locura afirmando escuchar la voz de un demonio de 6000 años reencarnado en "Sam", el perro de su vecino, el cual le daba órdenes de matar. Sin éxito. Los psiquiatras lo diagnostican como esquizofrénico paranoide de personalidad antisocial . Berkowitz es juzgado culpable y condenado a cadena perpetua, con una pena de 365 años.
Una vez en la cárcel, reconoce haber formado parte de un culto satánico relacionado con Charles Manson, y asegura que sus crímenes no los cometió solo, sino que habían sido varios los tiradores con un calibre 44... En unas declaraciones recientes, Berkowitz confesaba cómo había sido su experiencia dentro del mundillo satánico:
"Me fascinaban los temas relacionados con la brujería y el ocultismo. En 1975 conocí a unos tíos que parecían simpáticos. Eran satanistas. Ingenuamente me uní al grupo, y empecé asistiendo a los rituales. Al principio no era más que un simple participante, pero muy pronto me convertí en un verdadero adorador del Diablo. Mi cuerpo y mente le pertenecían...yo me estaba convirtiendo en una máquina de matar..."
La policía neoyorquina venía ya sospechando que detrás de todos esos crímenes se hallase una secta satánica, y que Berkowitz no fuese más que uno de los adeptos de más bajo rango. La coartada perfecta para encubrir a los miembros de más posición.
Aún así, y como en la mayoría de estos casos, las mismas fuerzas de seguridad que se ocuparon del caso, trataron de ocultar todos aquellos datos que relacionaban el crimen con satanismo, siendo revelados al público más tarde gracias a las investigaciones del periodista Maury Terry.

lunes, 21 de julio de 2008

Charles Cullen - El enfermero asesino

Charles Cullen, el enfermero asesino de 46 años y veterano de la Marina estaba entre esos profesionales de un hospital que se dedican a cuidar de los pacientes, pero al parecer, se dedicó a matarlos. Cuando en el año 2003 compareció ante el juez Paul Armstrong, al que manifestó que no quería un abogado, y que su intención era declararse culpable, declaró que durante los últimos 16 años, en las instituciones sanitarias donde trabajó, fue el responsable de matar a unas 40 personas.

Cullen había sido acusado de la muerte de Florian Gall, un vicario en el condado de Hunterdon, y de haber intentado matar a una mujer, ambos pacientes del Somerset Medical Center, donde él trabajaba.
El religioso ingresó en el hospital con un infarto el 28 de junio pasado, pero su muerte no se debió a un fallo cardíaco, sino a que recibió una excesiva dosis de un medicamento utilizado en pacientes con problemas del corazón.
La víctima del segundo crimen imputado, fue Kyung Han, una mujer de 40 años, enferma de cáncer y del corazón, que recibió una sobredosis del mismo medicamento y murió en septiembre por causas sin relación con su enfermedad, después de haber sido dada de alta del hospital.
En ambos casos Cullen es sospechoso de usar dosis mortales de digoxin, un medicamento para el corazón, que él consiguió con la manipulación de la computadora del hospital.
Según las primeras investigaciones internas del hospital Cullen podría ser el denominador común entre unos 16 pacientes muertos en las mismas condiciones que Florian y Kyung Han.
Ya en el 2002, enfermeras del hospital del St. Luke's Hospital in Bethlehem, habían advertido a los superiores de que podría tratarse de un asesino y exigieron que Cullen fuera despedido e investigado. Sin embargo, los administradores del hospital respondieron negativamente.
Las autoridades han iniciado una investigación sobre la trayectoria completa del enfermero para el que el juez ha fijado una fianza de un millón de dólares.
Durante las primeras investigaciones, Cullen está siendo sospechoso de varios asesinatos, siempre por muertes inesperadas, y se están empezando a realizar las primeras exhumaciones de cadáveres como parte de la investigación. Otras posibles víctimas ya poseen un informe toxicológico donde parece demostrarse la alta presencia de digoxin en la sangre a pesar de que los pacientes nunca habían tenido prescrito este medicamento. Tanto los resultados finales de los informes como de las exhumaciones están todavía pendientes.
Cullen es el más jovencito de nueve hermanos. Su padre era conductor de autobús y su madre ama de casa. Cullen creció en un vecindario de clase obrera en pleno Nueva Jersey y con una familia profundamente religiosa. Su padre murió cuando él todavía era un niño y su madre murió mientras él estudiaba en la escuela secundaria. Dos de sus hermanos también murieron, y él estuvo al cuidado de uno de ellos durante el proceso.
En 1978 decidió alistarse en la marina de los Estados Unidos y cuando salió ingresó en una escuela profesional de enfermería. Antes de 1988, encontró su primer empleo en un importante hospital pero duró muy poco tiempo. Le fueron las cosas bastante bien y consiguió casarse y tener dos hijas pero pronto se divorció. En 1998, se había quedado sin trabajo y estaba lleno de deudas. Cullen sentía que la vida no lo había tratado nada bien, estaba rencoroso.
Mientras las deudas lo inundaban, él se movía de hospital en hospital, sus empleos duraban poco, y en St. Luke's Hospital in Bethlehem se marchó para evitar una investigación por la muerte de unos 69 pacientes y por una misteriosa caja llena de medicación para el corazón encontrada en su casilla. Aunque parece que Cullen no es culpable de las 69 muertes inesperadas, muchas de esas muertes serán repasadas de nuevo después de escuchar la sorprendente declaración de Cullen, hasta ese momento no había habido informes toxicológicos sobre estos pacientes y solamente se les realizó una autopsia. La investigación había sido superficial, no se había determinado la existencia de sustancias o medicamentos en los cuerpos sin vida, por esa razón, el siguiente paso, y si las autoridades lo permiten, se procederá a la exhumación de todos los cadáveres.
Lo sorprendente es que a pesar de que su expediente laboral estaba manchado y no era nada bueno, Cullen nunca tenía problemas para conseguir otro trabajo, posiblemente debido a la escasez de personal de enfermería. Pero todo acabó cuando se encontró envuelto entre numerosas preguntas referentes a la muerte del Reverendo Florian Gall. Ahora lo están investigando en siete condados a través de la fiscalía de los Estados Unidos.
Representantes del Centro hospitalario Somerset aseguran no saber que Cullen había sido investigado en otros condados y sólo comprobaron sus credenciales cuando lo contrataron. Fue durante el periodo que trabajó en éste hospital donde realizó su trabajo más mortal, admitiendo haber matado entre 12 y 15 personas en sólo 13 meses.
Según sus declaraciones, actuó así para aliviar el dolor y sufrimiento de los enfermos, pero las investigaciones confirman que muchos de los pacientes no mostraban enfermedades terminales o de gravedad.
El 2 de marzo del 2006, durante el nuevo juicio Charles Cullen, considerado uno de los asesinos más prolíficos que ha habido en el sector médico de los Estados Unidos, evitó ser condenado a muerte tras llegar a un acuerdo con la fiscalía mediante el cual él les dirá que pacientes mató usando inyecciones de medicamentos difíciles de detectar.
Durante le juicio se mostró muy tranquilo ante la presencia de los familiares de las víctimas que mostraron fotografías y calificaron al ex enfermero de "monstruo".
"En caso de que haya olvidado cómo se veía mi madre, míreme a los ojos ahorita", le dijo Richard J. Stoecker a Cullen, quien permaneció calmado y cruzado de brazos en la corte.
El asesino admitió haber usado dosis letales de medicamentos para matar a sus pacientes. Cuando fue arrestado en diciembre del 2003 dijo que mató a pacientes "muy enfermos", pero en realidad algunos no estaban enfermos de gravedad.
Cullen ha dicho a los investigadores que quizá mató hasta 40 personas durante su carrera como enfermero, que empezó en 1987. Más adelante será sentenciado por siete homicidios y tres intentos de asesinato en Pensilvania.
Finalmente Cullen fue sentenciado a 11 cadenas perpetuas consecutivas durante la tensa audiencia por 22 asesinatos e intento de homicidio de otras tres personas sólo en Nueva Jersey.

viernes, 18 de julio de 2008

Karl Grossman - El Canibal

Georg Karl Grossman. Nació en Neurupen (Alemania) en 1863. Fue un degenerado sexual y un sádico desde muy joven. Cuando murió había cumplido 3 condenas por abusos sexuales y físicos a niños algunos de los cuales acabaron muertos. En su juicio Georg Karl Grossman declaró que también se había entregado a la bestialidad y la necrofilia.

En 1921 la policía fue alertada por un vecino de Grossman, que había oído unos golpes y gritos en la casa de al lado. Cuando llegó la policía los golpes habían cesado, los gritos también. Pero cuando entraron en la casa de Georg hallaron una joven recién muerta, preparada para ser asada y consumida en una barbacoa.
Grossman llevaba 8 años viviendo en aquel apartamento y el número de chicas de la calle que pasaron por allí para satisfacer el apetito de Georg era tan grande, que se podría haber alimentado a una pequeña población con su carne durante 1 semana. Para hacerse una idea de la magnitud que alcanzaron las hazañas de Grossman solo hay que recurrir a la cantidad de restos humanos que fueron descubiertos en la habitación de Gerog cuando fue arrestado: partes de todo tipo de los cuerpos de al menos 3 mujeres distintas que había asesinado y descuartizado en las 3 últimas semanas.
Pero lo suyo no acaba ahí. El hombre sabía sacar provecho económico de sus placeres y convertía a sus víctimas en perritos calientes que posteriormente vendía en la estación de tren. Georg Karl Grossman ahorraba dinero consumiendo sus propios productos. En cuanto a los restos inservibles, se limitaba a arrojarlos al río Spree (Alemania del Este, cerca de la frontera con la republica Checa).
No se sabe cuantas víctimas (todas mujeres) cayeron en manos de Georg; Ha sido imposible determinarlo.
Georg Karl Grossman acabó con su vida suicidándose en su celda mediante el ahorcamiento, fue uno de los personajes más desagradables de la historia de Alemania. Grossman era un monstruo en la vida real y estaba dominado por perversiones tan depravadas que parecen sacadas de las películas gore más atroces.

jueves, 17 de julio de 2008

Joel David Rifkin

Joel David Rifkin nació el 20 de enero de 1959, de una pareja de adolescentes, así que fue adoptado cuando tenía 3 meses por el matrimonio Rifkin, Bernard y Jeanne el día de San Valentín. Tres años más tarde, en enero de 1962, la pareja también adopta a una niña.
Joel David Rifkin tenia un carácter muy reservado y siempre fue el centro de las bromas de sus compañeros (le robaban los libros y el bocadillo y le bajaban los pantalones), transformando así su personalidad en taciturna, solitaria y sin amigos, además padecía dislexia, echo que aún lo acomplejaba más.
Joel y su madre, mantenían una muy buena relación, los dos disfrutaban de la fotografía, la artesanía y la jardinería. En la escuela fue un alumno normal a pesar de tener un coeficiente alto.
En 1977 se graduó e intentó encontrar trabajo pero durante varios años no pudo conservar ningún empleo durante mucho tiempo seguido. La higiene pobre, las ausencias y la ineptitud en general eran las principales causas.
Junto a este ir y venir de diferentes trabajos se le añadía su relación con una muchacha depresiva, lo cual no ayudaba mucho a Joel, quien soñaba con hacerse famoso escribiendo poesía. Alquiló varias veces apartamentos pequeños pero siempre volvía a casa.
En febrero de 1987, su padre decide suicidarse tomando barbitúricos, víctima de un cáncer de próstata y de un enfisema a causa del tabaco. Murió tras 4 días en coma.
Fue un golpe muy duro para Joel del cual quedó bastante trastornado. Meses más tarde empieza a relacionarse con prostitutas y es detenido en agosto del mismo año por confundir a una policía con una prostituta, pero todo se quedó en una multa. Luego empieza a interesarse por escritos de asesinos en serie y su perturbada mente empieza a empaparse con los actos criminales y es aquí cuando empieza a imitar a sus "heroes".
En 1989, sobre las 10 de la noche, recoge a Susie, una joven prostituta drogadicta a la que acompaña a comprar droga y luego mantienen una relación sexual bastante mediocre para volver a ir a comprar drogas pero Joel en vez de eso la golpea y la tira al asiento de atrás de su coche, la lleva a su casa y al cogerla ella se defiende y le araña en la cara pero él, más furioso todavía, la estrangula. Lo limpia y ordena todo, la mete en la cama y duermen varias horas. Al despertar la traslada al sótano y la desmiembra. La cabeza la mete en un tarro de pintura y los trozos en bolsas de basura, por otro lado separa la piel de las yemas de los dedos y le arranca los dientes con unos alicates. Mete todas las bolsas en el coche de su madre y mientras viaja por Manhattan va tirando los trozos de cuerpo.
Un día, en un campo de golf encuentran la lata de pintura con la cabaza de la chica dentro, pero nunca pudieron identificarla aunque Joel cogió un ataque de ansiedad al enterarse de que la chica era positiva de sida. El caso de Susie estaba sin resolver hasta que Rifkin confesó en 1993.
En 1990, se lleva a su casa a otra prostituta llamada Julia pero se hacía llamar "Madonna" y después de pasar la noche con ella, la asesina, viola su cadaver y la descuartiza. Los trozos de la chica los va metiendo en cajas y cubriéndolos con cemento para más tarde irlos esparciendo por la ciudad. El 13 de julio de 1991 asesina a Barbara Jacobs, la estrangula, la mente en una bolsa de plástico y luego dobla su cuerpo para que quepa en una caja de cartón. Su cuerpo es encontrado en el río Hudson el 14 de julio del mismo año por unos bomberos que hacían prácticas. El 1 de septiembre de 1991 mata a Mary Ellen De Luca, otra prostituta drogadicta. Joel, en sus confesiones dijo que este fue uno de los asesinatos más raros, ya que en uno de los momentos que estaba con la chica le preguntó si quería morir y ella dijo que sí, así que la estranguló sin oposición de la víctima. Fue encontrada el 1 de octubre pero no pudo ser identificada hasta que Rifkin confesó en 1993.
El 26 de diciembre de 1991, asesina a Lorraine Orvieto, también prostituta drogadicta y positiva de sida. Fue encontrada el 11 de julio de 1992.
Joel D. Rifkin usaba diferentes herramientas para asesinar, algunas eran estranguladas, como ya hemos visto y otras como, Jane Doe (sin identificar) y Maryann Holloman, recibieron golpes hasta la muerte con un recipiente de pintura. También se deshacía de los cuerpos de formas diferentes, normalmente las descuartizaba y repartía los trozos, mayormente, por los ríos pero a Iris Sánchez, muerta en 1992, la escondió bajo un colchón. El 25 de mayo de 1992 mata a Anna López y la tira en el bosque de Brewster. Es encontrada al día siguiente. El 16 de noviembre de 1992 mata a la siguiente, Jenny Soto, quién se defendió arañando a Rifkin en la cara y éste le rompió el cuello.
Después de que la chica lo "hiriera" tardaría unas 15 semanas en volver a actuar y lo volvería a hacer con más cuidado. El 27 de febrero de 1993, unos tres meses más tarde, elige a Leah Evens como próxima víctima. Después de matarla, la lleva a Northampton y la entierra de mala manera. El 9 de mayo del mismo año es encontrada ya que una mano marchitada sale de la tierra.
El 28 de junio de 1993, Joel es detenido por la policía por exceso de velocidad a las 03,36 de la madrugada. Tenía 34 años. Al acercarse, los policías, a la parte posterior de la camioneta de Rifkin, descubren algo envuelto en plástico y atado con cuerdas, era un cuerpo de mujer en estado de descomposición. Era Tiffani Bresciani, otra prostituta de 22 años, que según él habían mantenido sexo y luego la mató. Su intención era arrojar el cadáver cerca del aeropuerto.
El 28 de junio de 1993 a las 08,25 de la mañana Joel está siendo interrogado, confesando 17 asesinatos. Rifkin no mostraba emociones al contar los asesinatos y además no nombraba a las mujeres por nombres o situaciones, sino que eran míseros números para él. No opuso ninguna resistencia a contar como había matado a las chicas y de dónde se encontraban sus cuerpos o parte de ellos.
Con el permiso de su madre registraron la habitación de Joel y allí encontraron docenas de carnets de conducir, una cadena con sangre humana, fotos de varias mujeres sin identificar, ropa femenina maquillaje y joyas. También registraron el garage donde encontraron bragas manchadas de sangre y una sierra mecánica con trozos de carne humana. Los vecinos dijeron que siempre provenían olores fétidos de la casa de los Rifkin pero creían que era por los fertilizantes que Joel usaba en el jardín.
Realmente eran los cuerpos que llevaba primero a casa para luego deshacerse de ellos. Una vez en la cárcel le contó a su psiquiatra que tenía visiones de que moriría a los 64 años, como su padre, y que cuando mató a la víctima número 17 (Tiffani Bresciani), sabía que sería la última porque él tenía el doble de edad, 34 años.
El elegir prostitutas para asesinarlas, era porque no quería que su padre estuviera sólo, así que las mataba para que le hicieran compañía.
Se declaró inocente pero fue condenado a 203 años de prisión, condena que cumple en una prisión correccional de Nueva York, en Clinton a unas 350 millas de Manhattan, en unas aisladas montañas. Quizá pueda salir bajo palabra en el 2197.

miércoles, 16 de julio de 2008

La Matanza de Trujillo

La Matanza de Trujillo fue un GENOCIDIO POLÍTICO, ATAQUE DE CHUPACABRAS O VENGANZA DEMONÍACA... En el año 1932 la ciudad de Trujillo, en el norte peruano, se levantó en armas en contra del tiránico Gobierno del sanguinario dictador Luis M. Sánchez Cerro. En menos de una noche de combate, las corruptas autoridades sanchecerristas, civiles y militares, fueron capturadas y encerradas en la cárcel de Trujillo.
La ciudad de Trujillo se convirtió en un pequeño Gobierno provisional, en medio de la alegría y el festejo de la población trujillana. Se esperaba que la rebelión fuese apoyada por otras ciudades y guarniciones del país, derrocando así al déspota entronizado en el sillón de Pizarro. Iba a ser el principio del fin del tirano.
Pero las fuerzas de la dictadura actuaron rápidamente. Apenas se tuvo noticia del levantamiento armado de Trujillo, desde la capital se enviaron tropas leales al dictador, armas, cañones, municiones, explosivos y hasta aviones de guerra (hidroplanos "Corsario", lo más moderno que poseían nuestras Fuerzas Armadas de entonces; capaces de ejecutar bombardeos y ametrallar objetivos en tierra). Todo este ejército y su material bélico fueron transportados por tierra y mar hacia el norte peruano.
Trujillo fue salvajemente bombardeada por aire y tierra, pero la ciudad y sus habitantes resistieron valerosamente el brutal asedio armado. Pero, tras casi una semana de heroica lucha, las hordas sanchecerristas lograron entrar a sangre y fuego a la medio arrasada ciudad.
Y fue entonces cuando sucedió algo insólito, que desafía toda explicación lógica. Las pocas fuerzas rebeldes que aún quedaban, al ver que la lucha se había perdido, abandonaron la ciudad aprovechando la oscuridad. Los sanchecerristas que habían estado prisioneros todo el tiempo en la cárcel trujillana vieron con alegría que los ejércitos de su infame caudillo habían tomado la ciudad. Los rebeldes ya habían huido. Era sólo cuestión de horas para que los soldados vinieran a ponerlos en libertad.
Una vez acabados los combates en las calles y habiéndose impuesto las tropas por la fuerza de las armas, los soldados averiguaron que las autoridades civiles y militares de Trujillo estaban prisioneras en la cárcel de la ciudad. Los rebeldes ahí los habían dejado.
Un destacamento de soldados fue a dicha cárcel para liberar a los fieles sanchecerristas encerrados. Mas, al llegar a la desierta cárcel, sólo entrando se hallaron con un increíble espectáculo, en exceso macabro. Ni uno solo de esos solitarios prisioneros que habían sido abandonados hacía horas se hallaba ahora con vida. Todos habían muerto de la manera más insólita. Sus cuerpos estaban destripados, decapitados, seccionados, descuartizados, triturados, reventados... sangre y vísceras cubrían el suelo, y hasta habían saltado a parte de las paredes y el techo. Un observador moderno podría haber creído que una estampida de chupacabras hambrientos había pasado por ahí.
Inmediatamente, la maquinaria propagandística del Gobierno sanchecerrista se puso en movimiento. La inexplicable muerte atroz de los prisioneros de la cárcel trujillana sirvió de punto de partida para que el dictador creara una especie de "leyenda negra" acerca de la revolución trujillana. Los valerosos rebeldes levantados en armas fueron presentados a la opinión pública como verdaderos salvajes a quienes poco les faltó para ser caníbales. Aparecieron falsos testimonios de falsos testigos que aseguraban que los rebeldes, tras torturar ferozmente a los prisioneros, los acribillaron, los destriparon y les arrancaron el corazón, mientras bailaban una danza macabra sobre los destazados cadáveres de sus víctimas, en medio de rituales hechos por brujos norteños; asimismo, las cebezas de los sanchecerristas eran paseadas en picas por la ciudad, en medio de la noche, sólo alumbrados con luces de antorchas.
La verdad es que hubo una intencional negligencia en averiguar la verdad acerca de quién realizó la misteriosa "matanza" (si es que realmente fue un alguien quien los mató). Al igual que Nerón tras el incendio de Roma, Sánchez Cerro y sus partidarios se esforzaron para que la culpa de esta tragedia cayera sobre sus enemigos políticos.
El resultado fue el triste episodio de los fusilamientos de Chan-Chan. Usando las famosas ruinas precolombinas como patíbulo, las tropas sanchecerristas ajusticiaron, sin un juicio previo, a miles de trujillanos, ya sean rebeldes, simpatizantes de los rebeldes o simples sospechosos. A ninguno de los fusilados se les dio sepultura siquiera; sus cadáveres eran arrojados a las pampas, para que fuesen comida de los animales de rapiña...
A los muertos en la cárcel trujillana, en cambio, se les trajo a Lima, donde el dictador en persona les dio un pomposo funeral de héroes. Aunque, la verdad sea dicha, ninguno de aquella ralea sanchecerrista merecía un entierro cristiano siquiera.
Pero no voy a hacer un juicio moral de que si los corruptos compinches del dictador, verdaderos traidores a la patria, merecían morir así (aunque la respuesta a eso es más que obvia). Sólo quisiera formular una pregunta. Aunque antes de formularla, debo hacer una afirmación, basándome en la lógica. En contra de lo que publicaron los periódicos peruanos de 1932 (controlados por la dictadura), es IMPOSIBLE que hayan sido los rebeldes levantados en armas quienes dieron muerte a los prisioneros de la cárcel de Trujillo. En ese momento, en medio de salvajes bombardeos y cuando hacían hasta lo imposible por defender la ciudad y evitar que ésta sea tomada, resulta absurdo pensar que iban a desperdiciar esfuerzos y tiempo valiosísimos en matar y arrancar las vísceras a los prisioneros, sin ningun fin práctico. Además, de haberlo hecho, podrían haber empleado armas de fuego, que hubieran ahorrado tiempo, esfuerzos y riesgos; nada de ellas se encontró en el lugar de la masacre.
Desde ese entonces, han circulado muchas versiones sobre lo sucedido en Trujillo en 1932. Todas se contradicen entre sí. Y, como ya dije más arriba, la versión oficial que se dio entonces puede ser descartada. Tras aclarar esto puedo hacer ya la pregunta que me intriga: ¿quién (o qué) causó las insólitas muertes de la cárcel de Trujillo en 1932?
Entre la poca documentación fiable a la que he tenido acceso, he leido testimonios de algunos de los héroes que participaron en el levantamiento armado trujillano. Tampoco ellos se explican cómo sucedió la inexplicable masacre de los prisioneros, asegurando que huyeron de la ciudad dejándolos VIVOS, y que lo que ocurrió en ese lapso de horas (sea lo que haya sido) NO PUDO SER OBRA DE LOS REBELDES.

martes, 15 de julio de 2008

Trio diabólico - Valérie Subra

La mujer y el crimen con Valérie, Laurent y Jean-Rémy. Valérie, Laurent y Jean-Rémy se convirtieron en el "trío diabólico" como se les llamó en los periódicos. Planificaron sus crímenes cuyo fin fundamental era obtener dinero para irse a América, utilizando a Valérie que se dedicaba a entablar amistad con posibles clientes, solos y adinerados.
Aunque no mató a nadie por su propia mano, fue cómplice de dos asesinatos con premeditación y ensañamiento.

Criada en un ambiente donde su madre se divorció dos veces y se casó tres, no quiso estudiar ni hacer nada que supusiera disciplina. A los 18 años se convirtió en amante de un joven de familia adinerada, Laurent Hattab, con quien vivía. Frecuentaban clubs nocturnos. El tampoco había querido seguir estudios ni soportar ninguna disciplina. Fue siempre un hijo único y mimado. Sin embargo, cuando su padre sufrió el desastre económico y él se vió reducido a un modesto sueldo, comenzó a pensar en hacer dinero por la vía criminal. Hizo amistad íntima con otro joven, Jean-Rémy Sarraud, que se crió abandonado por sus padres a los que no conoció, lo que le convirtió en un "duro" y le llevó por el camino peor que podía elegir.

Valérie, Laurent y Jean-Rémy se convirtieron en el "trío diabólico" como se les llamó en los periódicos. Planificaron sus crímenes cuyo fin fundamental era obtener dinero para irse a América, utilizando a Valérie que se dedicaba a entablar amistad con posibles clientes, solos y adinerados. Se dejaba invitar a cenar con ellos y cuando estaba en su casa, con cualquier pretexto dejaba abierta la puerta de entrada, momento que aprovechaban sus cómplices para entrar, atar de manos y pies al que iban a desvalijar y también a Valérie, para disimular.

Así hicieron varios intentos fallidos, pero en los dos asesinatos que cometieron, el del abogado La Salle y el del comerciante Pierre Zerbib, utilizaron el mismo sistema, torturando a sus víctimas para hacerles confesar dónde guardaban el dinero y apuñalándolos después hasta dejarlos sin vida. Pero se comportaron como lo que eran, unos aficionados, y en pocos días la policía detuvo al "trío diabólico".

En uno de los juicios que más interés despertó en años recientes en Francia, fueron declarados culpables, sin reconocer atenuantes de ninguna clase y condenados los tres a cadena perpetua, pena que purgan actualmente en las correspondientes penitenciarías francesas.